Con vientos de 257 km/h, el huracán Milton se fortalece rápidamente, poniendo en riesgo las costas de México y Florida. Se han emitido órdenes de evacuación y declarado emergencia en 51 condados de Florida.
Milton ha alcanzado la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, el nivel más alto, con vientos máximos sostenidos de 257 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés). Este fenómeno natural representa una amenaza significativa para las costas de México y Florida, donde se espera que impacte a partir del martes por la noche o la madrugada del miércoles.
Como el segundo gran huracán registrado en el golfo de México en tan solo dos semanas, Milton es calificado como «extremadamente peligroso» por el NHC, con la posibilidad de provocar marejadas ciclónicas y condiciones de huracán que afectarán gravemente la Península de Yucatán y la costa oeste de Florida.
Las autoridades de Florida han emitido órdenes de evacuación para las zonas costeras, pidiendo a los residentes que sigan las directrices oficiales. Se anticipan fuertes lluvias e inundaciones en áreas urbanas, agravadas por el posible desbordamiento de ríos debido al movimiento del huracán hacia el este-sureste, a una velocidad de aproximadamente 13 kilómetros por hora.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró 51 de los 67 condados del estado en situación de emergencia y advirtió que Milton podría causar «impactos importantes, muy importantes» en el territorio. La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, también expresó su preocupación, mencionando que aún estaban en tareas de limpieza tras el devastador paso del huracán Helene, ocurrido apenas hace 10 días.
El huracán Helene, que impactó recientemente el sur de Estados Unidos, dejó más de 220 muertos y aún se sienten las secuelas en la región. Ahora, la llegada de Milton genera un nuevo estado de alerta, con pronósticos que indican la posibilidad de daños graves, cortes de electricidad y falta de agua potable en las áreas afectadas. El NHC destaca que los huracanes de categoría 3 o superior pueden causar estragos significativos, incluso en construcciones robustas, prolongando el proceso de recuperación y reconstrucción de las zonas afectadas.
