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martes, noviembre 26, 2024

El oscuro prontuario del diputado Carlitos Rejala

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El autodenominado «Bukele paraguayo» se presenta como un estandarte de la moralidad y la anticorrupción, pero oculta un pasado próximo a la corrupción. Además, proviene de un linaje de delincuencia y criminalidad: su padre estuvo preso por estafa y su madre por homicidio. Enterate de todos los detalles de un Bukele trucho por donde se lo mire.

Carlos Antonio Rejala Helman -diputado por Central, de afiliación política independiente pero cercano al cartismo- constantemente refiere al Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, poniéndolo como ejemplo de probidad y buena gestión.

En el contexto de la emergencia sanitaria, «Carlitos» busca erigirse como una figura de auditoria y defensa de la transparencia, especialmente en lo que refiere a compras públicas y otros gastos del Estado.

Sin embargo, lo que parece prístino empieza a mostrar sus manchas. Para ser un verdadero adalid contra la corrupción, primero hay que empezar por uno mismo. Como dice el saber popular, para tirar piedras no hay que tener techo de vidrio, o en este de caso de papel celofán. Un amigo de lo ajeno que denuncia la corrupción por lo general está buscando engañar al pueblo y limpiar su imagen, como mínimo.

En este sentido, comienzan a aparecer las denuncias públicas contra el joven diputado. Nano Galaverna, también diputado por Central, publicó ayer un extenso texto donde describe el oscuro prontuario de Rejala.

En primer lugar, da cuenta de su linaje vinculado al crimen. Si bien la delincuencia no es genética, en este caso da cuenta del contexto familiar en el que se crió Carlitos. Galaverna informa que el padre de Rejala estuvo preso por varias estafas, mientras que su madre cumplió una pena por homicidio, recuperando la libertad gracias a un indulto que le concedió Fernando Lugo. Además, tiene un tío que también fue condenado, en este caso por falsificador.

En cuanto a él mismo, según se desprende del Facebook de Nano, abandonó el colegio para dedicarse a actividades ilícitas, más precisamente, venta de productos piratas (discos láser y pendrives), montando un negocio presuntamente de fachada en San Lorenzo, donde todos lo conocen y saben que allí se comercializaba mercadería trucha.

Nano Galaverna también da cuenta de una actitud especuladora y «calculadora», ya que Carlitos Rejala se habría afiliado a la ANR a sus 18 años pura y exclusivamente para obtener un puesto público que no se le dio, hecho por el cual se habría pichado con el coloradismo, agrupación política a la que busca regresar en un movimiento arribista y calculador más.

El punto más polémico e indignante en el relato que hizo el hijo de Calé en sus redes sociales surge cuando hace referencia al hecho incuestionable de que Rejala y su familia son grandes proveedores del Estado, al mismo tiempo que se presenta como un auditor impoluto de las adquisiciones del Estado.

Debemos recordar que el agujero negro por el que van los recursos de los contribuyentes son las sobrefacturaciones que enriquecen a estos empresarios de membrete. Rejala y su familia son integrantes de esa rosca corrupta que parasita al Estado.

De acuerdo con Nano, durante el gobierno de Lugo (quien otorgó la inmunidad a la madre de Carlitos, impidiendo que la mujer cumpla una condena por asesinato), Rejala logró con su empresa adjudicaciones del Estado por ni más ni menos que 371.320.000 gs. Un dineral.

Está claro que de compras del Estado, adjudicaciones y ganancias a costa de lo público Carlitos Rejala sabe mucho.

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