Mario Abdo visitó las fábricas que ya confeccionan los equipos. La idea es generar empleo para más de 200.000 personas, mediante la producción de 3 millones de batas y tapabocas para nuestro personal de blanco. Se suman las metalúrgicas, con la producción de camas hospitalarias.
El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, en compañía del ministro de Salud, Julio Mazzoleni y otros secretarios de Estado, visitaron industrias textiles y metalúrgicas nacionales, donde ya se empezó a fabricar diversos equipos de bioseguridad. El Gobierno se encargará de adquirirlos para destinar a la protección del personal de blanco y al equipamiento los hospitales.
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“Con las industrias nacionales de confecciones vamos a generar empleo a más de 200.000 personas, mediante la producción de 3 millones de batas y tapabocas para nuestro personal de blanco” fue lo anunciado por el mandatario en sus redes sociales en ocasión de su visita a las fabricas.
Para el presidente de la República, “esta es una gran oportunidad para la industria nacional aprovechando esta crisis, con el desarrollo de la capacidad de provisión de insumos, situación que anteriormente no era atractiva en el mercado o no generaba esa visión proyectista dentro de la economía nacional. También se duplicarán los recursos humanos en tiempos de crisis para la fabricación de insumos de protección individual en plena desaceleración económica”
Por su parte, Julio Mazzoleni, expresó a través de su cuenta de Twitter: “Visité con @MaritoAbdo algunas industrias nacionales que han sabido responder a la necesidad del país ante #COVID19 en tiempo récord: sectores textil y metalúrgico, a fin de proveer batas quirúrgicas y camas hospitalarias. ¡Paraguay puede!”
Desde el Gobierno lo que se plantea, como una forma novedosa de compra, es la modalidad de acuerdo nacional. Básicamente se establece un precio der mercado para un cierto volumen. En base a eso las batas quirúrgicas u otros insumos de protección individual, producidos en el país, son comprados por la cartera sanitaria.
Esta medida inédita constituye un fuerte estímulo a la producción nacional, al tiempo que defiende y genera empleos para miles de compatriotas. A pesar de sus grandes beneficios, no faltan legisladores «lobbystas» de empresas importadoras que cuestionan la medida, en contra del interés general del pueblo paraguayo.
