Ante la disminución del ritmo de contagio del COVID-19, Sequera informó que se presentará un cronograma para la apertura de eventos socioculturales, incluyendo los del tipo religioso, así como la activación de sectores económicos que aún se encuentran postergados.
El titular de Vigilancia de la Salud considera que ya no es momento de implementación de fases. Informó que para los próximos días se estará presentando un cronograma para la apertura de eventos socioculturales, incluyendo los del tipo religioso, así como la activación de sectores económicos que aún se encuentran postergados. Indicó que la apertura de los mismos dependerá de la situación epidemiológica.
En una nota reseñada en el portal de la Dirección de Vigilancia de la Salud, su director dijo que el riesgo de contagios a nivel país es mucho más alto en Central y Capital, más que en cualquier otro departamento.
“Este sábado se cerró la cuarta semana consecutiva de un estancamiento de la epidemia”, declaró, al tiempo que refirió que de aquí a dos o tres semanas más, se espera un descenso ligero de casos de COVID-19.
Sequera declaró: “a nivel nacional tenemos que hablar de un modo seguro de vivir y aprender a juntarnos; obviamente no será igual que antes, debido a las restricciones que tendrán, el cupo de aforo, las condiciones para la limpieza de manos, la exigencia del uso de mascarilla, todo eso va a quedar”.
Reconoció que todavía hay un miedo en la gente para salir, sobre todo en el grupo de las personas mayores, “los que tengan alguna comorbilidad se tienen que seguir cuidando, el virus está circulando todavía”, reiteró.
Indicó que cuando se realice la apertura de los diversos sectores, no será igual que antes del ingreso de la pandemia: “no es que vamos a abrir y va a estar todo lleno los eventos. ¡No! Ni aunque quieran, ni aunque liberemos se va a llenar”.
Explicó que todo será diferente, «se tiene que empezar a abrir ese camino de convivir con esto (con la pandemia) haciendo planes de 3 a 6 meses, e incluso de un año, de cómo será este modo seguro de vivir».
De acuerdo a lo expresado por Sequera, si se dan brotes localizados, se tomarán medidas localizadas. “Si hay un brote en Caazapá no vamos a cerrar todo el país, vamos a tomar las medidas en Caazapá”, ejemplificó el médico.
Mencionó que si bien se puede hablar de medidas generales, habrá algunas particulares; “… esto es súper dinámico, yo sé que la gente quiere que este escrito en piedra, pero no se puede. Tenemos que aprender a salir, aprender a juntarnos”, dijo.
«Ahora sabemos cuáles son los riesgos sabemos que hay muchas cosas que son útiles y otras que no, por ejemplo, no es útil la alfombrita que se coloca antes de ingresar a algún lugar. Le perdimos el miedo al virus, pero no le perdimos el respeto. Le entendemos y sabemos mucho mejor como se contagia, que hay que usar tapabocas, que si nos vamos a juntar debemos hacerlo al aire libre… Todas esas cosas hoy entendemos. Podemos hacer un plan de apertura genial, yo soy partidario de eso viendo esta nueva dinámica”, declaró el alto funcionario de Salud.
Por otra parte, admitió que las restricciones generan un hartazgo. “Este hartazgo en la sociedad era predecible, que iba a ocurrir desde el principio, pero tenemos una población que aprendió muchísimo, eso va a tener que adecuarse dentro de ese cronograma. Hay cosas que vamos a tener que controlar por tiempo, tratar de evitar las primeras fases y luego hacerlo de manera inteligente; aprender a hacer un tercer tiempo, que es mucho más peligroso, que la exposición en el deporte, debido al relajo de las medidas que se dan luego del juego”, advirtió el director de Vigilancia de la Salud.
Con relación a la apertura de fronteras, señaló que las ciudades que se encuentran en zonas fronterizas están en un riesgo equilibrado, ni alto ni bajo. “No sabemos lo que va a pasar en la quincena de octubre», mencionó.
Aseguró que Paraguay se encuentra actualmente con un pico atrasado de tres o cuatro meses en relación al resto de los países de la región. “Creemos que nuestro pico no será muy picudo. Tenemos una tasa de mortalidad 10 veces más pequeña que Perú y Bolivia», sentenció el doctor Guillermo Sequera.