“No le podemos dejar a la suerte del mercado a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, el Estado tiene que tender su mano solidaria, para que haya igualdad de oportunidades en el Paraguay” expresó Abdo Benítez.
El presidente de la Republica, Mario Abdo Benítez, en ocasión de inaugurar varias obras de Gobierno en el departamento de Misiones, abordó varias cuestiones que tienen que ver con la gestión de Gobierno, la pandemia y no perdió oportunidad para reflexionar sobre la última encíclica del Para Francisco, titulada “Hermanos Todos”.
El mandatario se sumó a las críticas que hizo el Sumo Pontífice sobre ciertas actitudes políticas que no ayudan a construir mejores sociedades.
“El Dr. Nicanor (Duarte Frutos) habló sobre la encíclica, y recomiendo la lectura de la encíclica del Papa, donde habla de la importancia de entender quienes defienden los intereses de la gente, de nuestro pueblo, y quienes no”, expresó Abdo.
Mario Abdo se hizo eco del mensaje papal, y señaló que «critica las políticas neoliberales de mercados, que también es lo que nosotros criticamos. Nosotros proponemos un Estado presente que pueda regular y que pueda generar un equilibrio entre el capital y el trabajo, poniendo en el centro del universo al ser humano.»
El presidente de la República, sumándose a la línea de la encíclica, señaló que «El Estado tiene que estar, como bien lo dijo el presidente Nicanor. Y critica (el Papa) las políticas públicas que solamente sirven a los grandes capitales y a los grandes intereses económicos, y yo también crítico».
De este modo, Mario Abdo abogó por la idea de un Estado presente y manifestó en su alocución que «no le podemos dejar a la suerte del mercado a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, el Estado tiene que tener su mano solidaria, para salvar y que haya igualdad de oportunidades en el Paraguay, porque no hay (igualdad) sin la presencia del Estado».
El presidente hizo alusión a la necesidad de igualdad de oportunidades y señaló que «no es lo mismo un hijo de un campesino en Yabebyry, que un hijo de una persona con capacidad económica en Asunción, y el Estado tiene que generar esa igualdad y esa solidaridad».
Siguiendo el lineamiento de la encíclica que propone dignificar al hombre por medio del trabajo, en otro momento Marito afirmó que «la eternización de los programas sociales no puede ser una política pública, porque no le sacamos nunca (de la pobreza) y le destruimos la cultura del trabajo a la gente. Tienen que ser programas paliativos para momentos coyunturales, pero que el gran desafío de nuestra nación y lo único que va sacar adelante nuestra nación es el trabajo, el trabajo digno; producir».
También se refirió a un apartado de la encíclica que condena a aquellos que utilizan al pueblo informándolos con falsedades y los incitan a la violencia desde la demagogia.
