Paranaländer estuvo viendo cine de la era prístina, esa obra maestra francesa titulada “Cero en conducta” (1933), que aúna, de manera insólita y original, el mundo de la infancia y el de la anarquía.
Por: Paranaländer.
Nono, Jean Sales, Jean Dupont, apodo infantil y seudónimos para ocultarse en el colegio o para firmar un guión, de Jean Vigo, hijo de anarquistas, casado con Elizabeth Lozinska, Lydu, cuyo padre, industrial en Lodz, financió su primera peli, “À propos de Nice”, 1930, mediometraje documental ñembo turístico. “En Niza comparte la casa Los dos hermanos con un caricaturista político perseguido llamado Gyula Zilzer y una pareja de emigrantes rusos, Boris Kaufman y su esposa. La historia de Kaufman habría sido particularmente atractiva a Jean, quien, a los 24 años, había renacido y recién casado, todos los problemas de ser hijo de un hombre famoso; porque Kaufman fue el hermano (¡nota!) del mayor cineasta ruso Dziga Vertov. Vertov había sido conducido al martirio ruso, perseguido por el politburó comunista por sus películas poco ortodoxas, prohibido y despreciado por la burocracia roja, tan seguramente como el padre de Vigo el anarquista Almereyda había sido asesinado por equivalentes franceses” (Brakhage). Boris será su camarógrafo hasta su muerte.
En 1931 nace su hija Luce.
Tarkovsky y Truffaut y Merleau Ponty son las referencias que me llevaron a este director francés de origen andorrano precozmente muerto de leucemia.
“Cero en conducta” (1933) es una película en muchas partes autobiográfica. El mismo pasó por similares instituciones educativas, internados de rigor extremo. Dirigió algunas secuencias de Zéro de conduite postrado en una camilla por la enfermedad que lo mataría a los 29 años (nació en 1905).
Merleau Ponty habla de la película en sus cursos del College de 1953 editados póstumamente. Valora sobre todo la escena final, la llamada batalla de las almohadas, filmada en ralentí y con la música invertida (¡al estilo de los discos rockeros considerados satánicos de los 60!). Desde finales de diciembre de 1932 hasta el mes de enero de 1933, rueda las escenas de este mediometraje en el recinto del Colegio de Saint-Cloud, del que fue alumno.
El director, interpretado por un enano suponemos, parece un niño-viejo, un duende con barba y voz atiplada, la representación delirante del orden y la disciplina de esos institutos que rechazan a Vigo por se hijo de anarquistas.
El diario íntimo (Mon journal) que llevó Vigo al entrar en uno de estos institutos -Millau y Chartres- es la base de la peli.
Zéro de conduite se prohíbe en agosto de 1933 tras la protesta de los “Padres de familia organizados”, que tachan el film de “anti-francés”. Jacques Louis Nounez, financista de la película censurada, estuvo interesado al principio en el siguiente guion de Vigo, pero acaba por rechazarlo a causa del fracaso anterior de Zéro de conduite.
Tarkovsky tiene como modelos a su ultima película, L’Atalante (1934) y Truffaut es inconcebible que filmará su “Los 400 golpes” sin tener en mente “Cero en conducta”, aunque “en L’Atalante, resulta evidente que Vigo ha aprendido las lecciones de Zéro de conduite, y alcanza la perfección, logra la obra maestra. Utiliza todavía los ralentis para obtener efectos poéticos pero renuncia a los acelerados para conseguir los cómicos. No recurre ya a los maniquíes. No coloca delante de su objetivo más que lo real que él transforma en fantasía, y, filmando prosa, logra sin esfuerzo poesía”.
Paranaländer