Paranaländer constata que la poesía parawayensis en español ha omitido el tema amoroso, el tema por excelencia de la poesía universal. Juan Maidana suple en guaraní tan vergonzosa historia.
Por: Paranaländer.
Las mejores poesías de amor, en guarani, las escribió Juan Maidana (Caraguatay 1917-Asunción 1982), que las despreciaba olímpicamente, dicen sus exegetas guaranófonos, porque aspiraba a una poesía más seria comprometida con la vida del pueblo. Al parecer, para él, poesía equivalía a sufrir con el pueblo, no amar con/a el pueblo. Contradicciones de poeta. La verdad, tampoco en español se me viene a la mente ningún otro poeta como epítome de la poesía amorosa (¿Qué carajo lo que escribían en español nuestros poetas, a qué cosas le dedicaban sus versos? Al centenario patrio, al cocotero, a la reencarnación por ej. el mandarín Eloy; oda a Kardec el ocultista Guanes; al peón del campo, a la juventud, al rabelero, a la pascua, a la luna roja, al poncho del arriero, a la nochebuena en la cárcel, al agro, al mutilado del agro, al arado, a la galopera, a José Gaspar, ¡a la gaviota ciega!, a la obrerita, a la bandera del 23, a los héroes anónimos, a los acordes geórgicos, a la tarde glauca, al ranchito y a las hermanas muertas la señora Plá Guerra-Galvany, a la vaca, al maíz, a la carreta, al tropero, al miliciano guarani, a la calavera, a las siete cabrillas, a Schubert, al boyero, a Manú, a la lira, a la fiesta de la raza, a la mater dolorosa, al salto del Guairá -snif-, a la muerte del naranjo, a Natalicio Talavera…¡Socorro! ¡Y eso que no he agotado la lista de títulos de Sinforiano! Yo si escribiera poesía en español, le dedicaría varios poemas a Yakare Diabaté, compararía su voz con la profundidad tibia de su sexo, con la suavidad lunar de sus senos…). Así, por el momento, daremos el cetro a Maidana (no sabemos si fue pariente de Ananías y de Antoni), el co-pueblano-sufriente, sin olvidar a Ida Talavera.
Cuando hablamos de poesía amorosa saltan los nombres de sus musas (palabra nefanda hoy para el feminismo enrabietado o lésbico), ya como dedicatorias o inspiraciones: Anselma Tomatsi, Elisa, Victorina. A veces los nombres civiles son suplidos por meras generalidades idiomáticas como che china, che kambá.
“Che resapéva nde pukavy”, me ilumina tu sonrisa, ndaikatuvéima, maerãpa oikóta nderehe’ỹ ko che rekove, es insoportable mi existencia sin ti, che py’a ojỹva ta iro’ỹsa, mi alma en ebullición se enfríe, che kutuhague mborayhu ikuarépe che ko’õ rasýva, en la herida del amor me quema aún tu cuchillada, ndéve oñesũ che purahéi, para vos mi canto se arrodilla, nde ryakuãrénte omboy’u che rekove, tu simple aroma sacia mi existencia.
En el poema Mandu’a pohéi (“En brazos del recuerdo”), la mujer es homologada sin pudor al recuerdo, recordar es amar entonces para Maidana el provenzal. Ko che akãme mborayhundive opepe vy’aita ku jahasa vaekue, en mi cabeza late todo el amor y la alegría que vivimos juntos, umiva apytegui ne ñe’ẽ otirivo che kytĩ rasy mborayhu kyse, cuando tu voz relampaguea dentro de tu sonrisa el cuchillo del amor me corta con delectación, ñamanoha’ára oikóneichugui tataindy yvága, el día de nuestra muerte se convertirá en vela del paraíso, nde resa ipajéva cherehe oma’ẽrõ hendy che rováre cheresapepa, tus ojos empayesados cuando me miran brillan hasta iluminar toda mi cara, ndikatumo’ãigui rohecha rei nde jeguakarã che ñe’ẽyvoty toiko nde pepóre toñenapytĩ ha che purahéi ndererohory, porque no te voy a dejar así nomás mi poesía será tu diadema -que permanecerá atado a tus alas- y mi canto, tu alegría.