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miércoles, enero 22, 2025

Novela ucrónica perdida y recuperada

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Paranaländer ha escapado por puro azar -caos tarova o contingencia nambré- de perder su novela ucrónica inédita Nazi-guarani, uf, de la cual ofrece un extracto hoy como agradecimiento al final feliz.

 

Por: Paranaländer.

 

El viernes pasado, quizás con el karma un poco inquieto como diría un amigo supersticioso, se colgó la notebook de trabajo Acer y me dejó en estado analógico hasta hoy.

En realidad, pertrechado tras un muro de desesperanza innata, ya solo lamentaba no haber tenido backup de un texto que ya había anunciado pomposamente en Facebook que lo publicaría este año.

No suelo ser pesado con los inéditos, pero esta vez quiero hacer una excepción, en vistas a tan inesperada semi catástrofe que toda una larga emana se ha cernido obre mi cabeza de cerebro blanco en decadencia al decir del gaga de Bifo.

La novela tiene como título provisorio “Amba nazi-guarani” o más brevemente “Nazi-guarani”, y es una novelita ucrónica que habla de la ocupación de Argentina por un Paraguay aliado al nazismo triunfante (1945).

Los primeros capítulos los empecé en los inicios de los remotos años 90’s, y toda la nomenclatura guarani que traspasa el libro es resultado de mis lecturas últimas dentro de mis enfervorizados intereses de la sorprendente antropología guarani.

acosado….

Transcribo a continuación el capítulo donde es descrita la Tropilla del Olvido que hace incursiones callejeras ingueroviables.

“Nuestros oídos estaban como siempre saturados de la achinoy vespertina, cuando salíamos para nuestra ronda principal. Éramos 12, 12 vestidos de siglo 19, circa 1880.Yo tenía un leve parecido a Hippolyte Taine yendo a cenar en Les Dîners Magny…Mi equipo completo incluía a dos Goncourt, un Sainte-Beuve, un Renan, un Gautier, un Flaubert, incluso le añadí unos espíritus afines: un Nietzsche, un Blanqui, un Stirner, un Mainländer…A veces el Goncourt menor era sustituido por Murena…

En suma, éramos Taine y sus 12 drogo-apóstoles.

Lo nuestro no expresaba un espíritu policial, apenas era una intervención terapéutica. Curábamos del stress de info, la entropía emocional actual, antes que reprimir la verdad del cuerpo del ciudadano.

Actuamos por ejemplo cuando un ciudadano visita la peluquería. Enfrentar el espejo de la verdad de una calva incipiente o creciente es una información que debe ser succionada por nuestro equipo del olvido. Pues la información es un peso, muerto, un obstáculo para la vida diaria la más de las veces hoy día.

Para llegar a nuestro caso de emergencia de hoy teníamos que atravesar la zona de los mangales, un extenso arco sombreado de mangos entretejidos cubriendo una avenida de 1 km de largo…Todo el trayecto penumbroso estaba pavimentado de huesos de mangos apisonados por años de ejércitos y piqueteros y manifestantes marchando a la capital, por tanques a desbancar al presi de turno, por coches de rally, contrabando, tráfico de drogas, migrantes, etc.

Flores del mal, transmutación de la enfermedad en salud, nosotros convertimos el stress en Olvido, la duda existencial en vida. El olvido que cristalizamos es la flor de una vida saludable. La tropilla del Olvido nos llaman, la pandilla que pasa la old vida al estadio de vida plena.

Un letrero colocado en cada extremo del túnel de mangos rezaba como un ukase o un oráculo: «No azúcar, No grasa, No alcohol». Era una especie de peaje simbólico, ayuno o rito de paso obligatorio según alguna superstición entronizada a ley vial. Ojo que el olvido no es una foto descolorida de nuestra felicidad, como dice la canción «Faded picture», es la tabula rasa o el pergamino ya usado sobre al cual nuestra vida al fin puede erigirse en toda su belleza y esplendor”.

 

 

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