Paranaländer descubre qué pensaban los soviéticos de la obra del enciclopedista Denis Diderot (1713-1784), pero queda intrigado queriendo saber cómo fue la vida amorosa de un filósofo iluminista.
Por: Paranaländer
El volumen “Denis Diderot” (1975) de la escritora soviética Tamara Dlúgach, es traducido al español justo el año de la caída del muro de Berlín (1989) por Editorial Progreso (La Habana):
Diderot es despojado del estereotipo de segundo violín, mero ensayista-enciclopedista al lado de filósofos sistemáticos como Holbah y Helvetius. Diderot escribió 1259 artículos de la Enciclopedia.
Su estilo dialógico, mayéutico, dialéctico, es encumbrado por autores como Hegel y Marx.
La UNESCO proclamó al orwelliano 1984 como año Diderot.
Nació el 5 de octubre de 1713 en Langres, en la familia de un artesano-cuchillero acomodado.Fue educado en colegios jesuitas hasta los 12 años que decide terminar sus estudios en París (en el colegio d’Harcourt). Después fue auxiliar del fiscal Clément de Ris. Luego se gana la vida dando a veces clases. Traduce el “Ensayo sobre el mérito y la virtud” (1745) del moralista inglés Shafstebury.
Traba amistad con Rousseau, Condillac y otros futuros filósofos insignes.
En 1746 publica su primera obra original “Pensamientos filosóficos”, que el parlamento condena a la hoguera.
“Le digo que no existe ningún Dios; que la creación es una quimera”.
“Paseo de un escéptico o las avenidas” (1747) es una crítica del cristianismo y la defensa de la tolerancia religiosa.
En 1749 fue recluido en el castillo de Vincennes por sus ataques al ministro D’Argenson en la “Carta sobre los ciegos para el uso de los que ven” (1749).
Con “Las conversaciones con el abate Barthelemy” (de los años 50 editado recién en 1921, cuya atribución a Diderot es dudosa), intenta convencer al lector de que no solo no sabemos nada sobre la existencia de Dios sino que no podemos saberlo.
“La Biblia contiene pruebas de la crueldad de Dios si es que existe”. Habla también de la crueldad de los misioneros jesuitas con los indios, de la crueldad de los jesuitas con sus prójimos.
La novela “La religiosa” escrita en 1760 y publicada póstumamente en 1796, es la historia de una joven, recluida en un convento por decisión de su familia, de cuyas desgracias son culpables el fanatismo y la crueldad del clero.
En “Adición a lo pensamientos filosóficos”, 72 aforismos escritos en 1762 y editado en 1770, “Dios es un hacedor de trucos que escatima lo que él mismo da…”.
En “Conversación del filósofo con la mariscala de ***” (escrita en 1774 y editada en 1777), desarrolla la idea de la posibilidad de la existencia de una sociedad integrada sólo por ateos.
En el cuento filosófico “Suplemento al viaje de Bougainville” (escrito en 1779 e impreso en 1796), concluye que “Si las leyes son buenas, las costumbres son buenas”.
En el ensayo “Sobre la interpretación de la naturaleza” (1754), aparece su credo: “Yo no te pido nada en este mundo, pues el curso de las cosas es necesario por sí mismo, si tú no existes o por tu decreto, si existes.Yo espero tu recompensa en el otro mundo, si existes; aunque todo cuanto hago en este mundo, lo hago por mí”.
Viajó a Rusia ya viejo en 1773. Sus impresiones sobre la Seramís del Norte (Catalina II), se pueden leer en “Observaciones al Nakaz” (1774). Encontró en ella no la soñada monarca ilustrada sino a un tirano.
Regresa a Francia a través de Holanda en octubre de 1774 y permanece en su país ocupado con la obra de Séneca hasta su muerte el 31 de julio de 1784.
Nos deja la autora soviética (sinónimo de puritana) en ascuas que no mencionara nada de la vida sexual del enciclopedista franxute.