Paranaländer viaja al Buenos Aires de enero de 1891, día de la salida del n° 1 de la Revista del Paraguay, fundada por Enrique Domingo Parodi (Asunción 1857-Bs.As.1917): botánico, químico, periodista y poeta paraguayo.
“Hacer conocer la casi olvidada historia del Paraguay reproduciendo documentos y libros que casi no se conocen y que son leídos sólo por bibliófilos y amantes de curiosidades; libros y documentos que nos darán idea de la importancia histórica del Paraguay y asimismo de las riquezas innumerables que encierra su suelo”.
“Haciendo conocer de propios y extraños ese país privilegiado, encerrado en el misterio de sus bosques, y en el aislamiento á que sus malos gobernantes le habían condenado”.
“Las ideas nuevas sin las cuales el adelanto material, la riqueza y el bienestar son imposibles”.
“Hoy felizmente, un gobernante jóven (Juan Gualberto González 1890-1894) lleno de esperanzas, de promesas y aún de buena voluntad, parece augurar días de felicidad y de bienestar para el Paraguay; pero sin la feliz emulación del trabajo entre los que le rodean, sin la ayuda poderosa del pueblo que quiera sacudir su inercia, para recuperar el puesto que le corresponde por su historia y por sus recursos entre las naciones civilizadas, los esfuerzos, esperanzas y promesas del gobernante quedarán esterilizadas”.
“En nuestra esfera ayudaremos a esta obra de progreso y de patriotismo, haciendo desfilar ante nuestros lectores, libros y documentos que, como decíamos, nos darán idea de la importancia histórica del Paraguay, y además ofreceremos una minuciosa estadística de su actual movimiento político, social y comercial”.
“En este sentido comenzamos hoy la publicación de la interesante Historia de Washburn traducida por primera vez al castellano, y como la índole paraguaya de esta Revista no excluye ni puede excluir las aficiones literarias que dan realce y amenidad á toda publicación, nuestros lectores podrán leer así como la que hoy publicamos delicada poesía del distinguido literato y amigo don Carlos M. de Egozcue, otros que plumas bien cortadas les irán ofreciendo. En cuanto al interesantísimo trabajo del señor Bernardo Barreiro de W., que hoy también comenzamos a publicar, no necesita recomendación; es de importancia americana”.
“A LA PRENSA: A los colegas nacionales y extranjeros, les enviamos nuestro cordial saludo. Suscripciones : Se anotan en la Administración y en las principales librerías”.
“PRÓLOGO. Muchas y variadas son las obras históricas que desde la época de los misioneros jesuitas hasta nuestros días se han publicado sobre el Paraguay; pero indudablemente ninguna tan interesante como la historia escrita por el señor Ministro Residente de los Estados Unidos de América D. Cárlos A. Washburn publicada en Nueva York el año 1871 y hasta hoy no traducida al idioma castellano. Obra extensa, erudita y dotada de un carácter propio, arranca desde el descubrimiento del Río de la Plata y abraza un período no interrumpido, de casi tres siglos, realizándose en ella todo lo que de importante tiene la etnografía, la sociología, la política y las costumbres y usos de la República del Paraguay. Por razones que fácilmente se explican, si se toman en cuenta las lastimosas condiciones en que ha permanecido hundido el Paraguay bajo el poder de gobiernos despóticos y personales primero, y luego bajo la anarquía después de la horrenda catástrofe de 1870, si se exceptúan la obra de Azara el más prolijo é ingenuo narrador de aquellos tiempos y la interesante Descripción de la Antigua Provincia del Paraguay de Mariano A. Molas, puede asegurarse sin temor de faltar á la verdad que las supuestas historias del Paraguay que hasta hace poco se han publicado, no son más que tejidos de embustes más ó menos apasionados que autores poco escrupulosos ó ignorantes han dado á luz, para conquistarse renombre de historiadores.
El Paraguay desde el día de su primera manifestación como pueblo libre hasta la fecha, ha sido presentado a los ojos de los curiosos como un pueblo, perteneciente al último peldaño de la escala de las naciones americanas. Nada más inexacto sin embargo, y si para juzgar del valor intrínseco de una colectividad, los hechos deben servir como base de criterio, bastará recordar que el Paraguay por sus excepcionales condiciones naturales, por el sentimiento de la nacionalidad manifestado desde los primeros momentos de la Revolución Americana, y por el heroísmo con que sus nobles y abnegados hijos han sabido sostener una guerra legendaria contra ejércitos superiores á los suyos en disciplina, en recursos, en número y en elementos de todo género, bastará, decimos, para afirmar que el pueblo paraguayo ha sido siempre un pueblo viril destinado, como lo estaba, á ocupar no el último, sino el primer puesto entre los pueblos del continente americano. ¿Que el Paraguay sufrió la coyunda de mandatarios tiranos é incontrolados?… ¡Es cierto!.
El Paraguay está caído, acaso hundido para muchos años; pero su dia de redención total ha de llegar y el actual gobierno es ya un síntoma muy halagüeño, y entonces ocupará el puesto que desde su origen ha ocupado y que las fatalidades unas tras otras le han obligado á abandonar momentáneamente.
Personas hay que se precian de ser profetas, que vaticinan al Paraguay la triste suerte de ser absorbido por algunos de sus vecinos; hay quien piensa que el nervio nacional se halla totalmente relajado y que ese pueblo mártir no volverá á levantarse de su postración. Jamás llegue ese día para los que hacemos del patriotismo un culto, y si tal cosa debe suceder, húndase primero en la nada el último de sus hijos.
Disuadir á los que tan errado concepto tienen del Paraguay, hacer conocer su grandeza pasada, su riqueza natural, sus nobles aspiraciones, es el objeto que principalmente nos proponemos.
Obedeciendo á esta corriente de ideas es que hoy, entre otras muchas que iremos publicando, comenzamos á dar á luz la primera traducción á la lengua castellana de la interesante Historia de Mr. Cárlos A. Washburn. Ella, como todas las obras históricas escritas bajo el calor de los acontecimientos contiene algunos errores hijos de la pasión—errores que oportunamente serán rebatidos”.
“Hemos podido ver las bases que propone la comisión nombrada por el Exmo. Gobierno Nacional, para reformar el plan de estudios vigente. Se suprime el sexto año, el latín, el segundo año de filosofía, la topografía y algunas otras materias. Hace años ya lo dijo el Dr. Larsen: Si en la enseñanza secundaria no se trata de hacer sabios, sino médicos, abogados, etc., gente que tenga su modus vivendi, aún quedan muchas materias que suprimir; pero el que quiera saber, tendrá que estudiarlas siempre aunque las suprima el Gobierno, que quién sabe si acepta lo propuesto por la Comisión”.