Paranaländer, exterminador frustrado de cupyis, sufre vértigos ante la recepción entusiástica pero meramente grotesca -como visión cómica de nuestra era- que una investigadora propina al jopara, esa tercera bastarda lengua en transición.
La investigadora franxute Capucine Boidin (hizo una tesis doctoral en antropología y sociología sobre guerra y mestizaje en Paraguay) realiza una interesante homologación entre el spanglish y el jopara paraguayo (o guaraní jopara que mezcla guaraní y español en Paraguay). Aunque su conclusión- dos risas desencantadas de la posmodernidad- nos parezcan insuficientes y limitadas, su tarea merece una difusión. Intentaré a continuación extractar los puntos principales de su recorrido (el paper tiene 4 páginas).
El inglés y el español nunca fueron idiomas puros, y da los siguientes ejemplos: “La época de la pureza lingüística del español y el inglés nunca existió: en los siglos XVI y XVII, las lenguas europeas vernáculas fueron ampliamente caracterizadas como corruptas. Juan de Valdès llamó al español «lengua mezclada” por sus préstamos del latín, árabe, hebreo y la lengua de los visigodos. Según Conrado Gesner, el inglés de su tiempo era ‘de todos el más mixto y corrupto”..
En nuestro tiempo fenómenos lingüísticos similares al spanglish y el jopara son citados por Boidin: “el llanito de Gibraltar (español andaluz y inglés), Portuñol (portugués de Brasil y español de sus países limítrofes), cocoliche (italiano y español de Argentina), papiamento (español, portugués, holandés…), gumbo y cajun de Luisiana”
El spanglish y el jopara paraguayo tienen en común la mezcla de lenguas pero hay una diferencia insoslayable entre ambas:el segundo mezcla una lengua europea con una amerindia. “Las diferencias son a priori notorias: el spanglish es reciente, resultado de la inmigración latinoamericana a los Estados Unidos y mezcla dos lenguas europeas. Mientras que, dotado de cinco siglos de existencia, el guaraní jopara del Paraguay es una forma de criollo de una lengua amerindia, resultante de la colonización española. Se ha ido transmitiendo desde entonces, presentando nuevas formas de mezclas a cada generación”.
¿Cómo tratan las autoridades al desvaído jopara? “Así, las definiciones del guaraní jopara por parte de los lingüistas son cada vez más neutrales, ¡sin ponerse de acuerdo! Según Morínigo (1959), “es un español hablado en guaraní ya que su estructura lingüística fundamental se encuentra totalmente bastardo”. Guizzetti (1966) tiene una definición complicada pero esclarecedora: el jopara lo habla todo el mundo, pero se aplica sobre todo al habla urbana que utiliza “un gran número de nuevos hispanismos”. Jopara es un “mestizaje lingüístico inestable” (Pottier 1970). Según Melià, «en la situación lingüística de Paraguay, es necesario incluir el continuo variable y heterogéneo de la ‘tercera lengua’ o jopara», que también propone llamar guarañol (Melià 1974). Tovar (1982), la analiza como una lengua de transición para los guaraníes que aprenden el español paraguayo, mientras que según Granda es “un guaraní fuertemente interferido del castellano o un castellano intensamente penetrado por el guaraní” (1994). Lustig (1996) lo ve como una mezcla de lenguajes (y no como una lengua mixta). Y Christine Pic Gillard observa de forma neutra que “hay una pluralidad de lenguas en contacto en Paraguay que generan variantes y desplazamientos lingüísticos dentro de cada idioma, así como una fenómeno de criollización del guaraní/castellano llamado jopara” (2002:).
Resumamos las definiciones del alien lingüístico llamado jopara: “Lengua bastarda, tercera lengua, lengua heterogénea, lengua de transición, lenguas interferidas y penetradas, mezcla de lenguas, lengua criolla, suburbana y rural”.
¿Pero qué cornos es el jopara? “El malestar proviene de la dificultad de caracterizarlo. ¿Es una lengua mixta, es decir, una mezcla de códigos lingüísticos conocida como cambio de código, o una lengua mixturada, es decir, un código lingüístico fuertemente penetrado por los préstamos (barbarismo)?
Nos enseña la antropóloga con ejemplos la diferencia entre uno y otro caso: “Lengua mixta. En este primer caso, es difícil distinguir la lengua receptora de la donante. Pongamos un ejemplo en spanglish y otro en jopara: «In un placete de la Mancha of which nombre no quiero remembrearme» (Traducción al spanglish del primer capítulo de Don Quijote de Ilans Stavans (2004).
«la estrófango oñeinclui la castellanome, la guaraní pa’üme por ejemplo, oñe’ë, oñe’ë, opurahei, osë una dos estrofas castellano, ha upei osegui jey la guaraní. (…)» (Entrevista con una mujer de unos 35 años, Isla Guazú, 4 de diciembre de 2001, quien nos explica lo que significa jopara: tanto una alternancia de estrofas en guaraní con estrofas en español como interferencias del español en medio del guaraní. En otras palabras, para ella, jopara engloba fenómenos de cambio de código e interferencia). Lenguas mixturadas. En este segundo caso, la lengua receptora, «matriz», no está en duda. La sintaxis viene bajo un solo código lingüístico, mientras que los préstamos se limitan al léxico. «Ayer mi amigo me llamó para atras» es un calco de la expresión inglesa: «call me back». « Ijedapamavoi umía, itujapama» : La hablante es una mujer de unos 75 años (Isla Guazu, 2000) que expresa dos veces la misma idea. La primera con un préstamo de la palabra edad conjugada en guaraní ij-eda(d)-pa-ma-voi y entendida como “ella tiene muchos años, ella es vieja”. La segunda con la expresión guaraní tuja (viejo). La dificultad es que un mismo hablante puede alternar en una misma conversación varios tipos de mezclas, más o menos profundas. Puede alternar un español enriquecido con inglés, un inglés relleno de español, una mezcla indistinta de los dos o limitarse a unos pocos préstamos… “
En esta lucha de lenguas que se mixturan y, por ende, de imperios o culturas en pugna, ¿quién está ganando? “¿Spanglish indica una latinización de los Estados Unidos o una americanización del español? El libro reciente de James Cohen, ‘Spanglish America: The Challenges of the Latinization of the United States’, elige la primera interpretación. Esto implica más bien una valoración del fenómeno. Por el contrario, los detractores del spanglish son también aquellos que se preocupan por ver que el spanglish se extienda a toda América Latina. Las mismas observaciones pueden hacerse sobre la jopara según se la perciba como una guaranización de la sociedad española o se deplore como una hispanización del guaraní. Según se lean como signos de dominación o de resistencia, las mezclas lingüísticas se denominan bastardos o prodigios. Son dos caras de una misma moneda que debemos considerar en un mismo movimiento para lograr apoderarnos de ella”.
Pienso que si se actualizara estudiando la actual poesía paraguayensis, la poesía más zafada y heterodoxa que se está escribiendo en Paraguay y alrededores, la autora del paper reconsideraría su visión limitada del jopara como lengua meramente cómica y desencantada de la era decadente de la posmodernidad.
fuente: “Le spanglish au miroir du guarani jopara”, Capucine Boidin, 2006.