Paranaländer versiona al guaraní free la nihilmelancolía del poeta moderno esloveno Kosovel muerto a los 22 años.
Srečko Kosovel (1904-1926) conocido como el poeta del Carso (pues nació el 18 de marzo de 1904 en la pequeña ciudad de Sezana, en la región del Carso de Eslovenia, cuando ésta aún pertenecía al Imperio austro-húngaro) y también como el Rimbaud esloveno (por la precocidad y madurez de su poesía). Tuvo influencias del poeta indio Tagore, anti-imperialista como el propio Kosovel. Escribió poesía expresionista y constructivista con influencias dadaístas y futuristas. Estas últimas eran composiciones con elementos gráficos y matemáticos de distintos tamaños, contradictorias, antagónicas, elípticas, inquietas, en estilo de telegrama, onomatopéyicas, aspirando a veces a la técnica del collage. Hizo el colegio en Ljubljana. Luego ingresó en la Facultad de Filosofía de Letras de la misma ciudad. Falleció el 27 de mayo de 1926 a raíz de una meningitis (por la complicación de una gripe). Tenía 22 años.
Mundo Poesía. Capítulo 2: Srečko Kosovel (1904-1926)
Merece citarse su poema de desilusión europea por su actualidad, hoy que la Comunidad Europea está nuevamente lanzada a una guerra contra Rusia siguiendo las consignas de Washington.
Destrucciones
Oh, mentira, mentira, ¡mentira europea!
¡Sólo puede matarte la destrucción!
Sólo la destrucción.
Y las catedrales y los parlamentos:
mentira, mentira, mentira europea.
Y mentira la Liga de Naciones,
mentira, mentira europea.
¡A derribar, a derribar!
Todos esos museos faraónicos,
todos esos tronos del arte.
Mentira, mentira, mentira.
Oh, Sofía, oh catedral.
Oh muertos que vais a salvar a
Europa. Oh, muertos
blancos que vigiláis Europa.
Oh, mentira, mentira, mentira.
¡A derribar, a derribar, a derribar!
Millones mueren,
pero Europa miente.
A derribar. A derribar. ¡A derribar!
Ofrecemos una versión apurada y necesariamente provisoria de uno de sus poemas (“Una farola en la calle”, que es -nos parece- una détournement maravillosa de la anécdota de Diógenes el cínico recorriendo con una farola las calles de Atenas a plena luz del día en busca del “hombre”) al jopara/guarani free que practicamos en esta sección. Se usa para el efecto la edición de sus poemas del libro Integrales (Ediciones Bassarai), traducido al español en 2005 por Santiago Martín.
UNA FAROLA EN LA CALLE
Lampiú callepegua
¿Para qué ser hombre si te es difícil
Ma’eraiko karia’yse nde asyko upéva
ser hombre? Conviértete en una farola
karia’y oikohagua ndehegui. Mba’e iporäve lampiu
de la calle que en silencio extiende
callepegua kirirïhápe ombohesape
su luz sobre el hombre.
pe mba’erendy karia’yre.
Sea lo que fuere lo que es
Ha’eva ha’e la ha’eva
siempre es él con rostro humano.
ha’e katuete ha’e pe tova ma’e marangatuva.
Sé bueno con él, con este hombre,
Nde py’aporäkena hendive, ko karia’yndi,
e imparcial como la farola
hekojojáva pe lampiuicha
que alumbra en silencio el rostro del borracho
ohesapéva kirirïhápe ka’u rova
y el de los vagabundos y estudiantes
ha umi tekorei partidá mba’e ha temimbo’e kuéra avei
en una calle solitaria.
tape ha’eñomípe.
Sé una farola si no
Toiko ndehegui lampiu
puedes ser hombre;
karia’y ndikatuiro;
porque es difícil ser hombre.
hasyko pe karia’y osehagua.
El hombre sólo tiene dos manos,
Karia’y mboköi ponte oguereko
pero debería ayudar a miles.
ha hetápe opytyvo va’erä.
Sé por eso una farola de la calle
Toikonte ndehegui lampiu callepegua
que alumbra a miles de rostros alegres,
ohesapéva hetaite tova roryre,
que alumbra al solitario, al errante.
ohesape hi’añóvape, arribéñope.
Sé una farola de sólo una luz,
Neike, toiko ndehegui lampiu rendy
sé hombre en un cuadrado mágico
toiko ndehegui karia’y peteï pajekuáragua
que transmite señales con su mano verde.
oporomaranduva ta’anga ipo hovýpe.
Sé una farola, una farola,
Lampiu kena, toiko ndehegui lampiu,
una farola
peteï lampiu.