Contra todos los pronósticos que daban por muerto al peronismo, Sergio Massa revirtió los resultados de las primarias y superó con claridad a Javier Milei. Argentina decidirá presidente en segunda vuelta el próximo 19 de noviembre.
Pese al exitismo que mostraba el espacio de La Libertad Avanza y sus seguidores, El Trueno anticipó el 29 de septiembre que una victoria del candidato del oficialismo era probable en Argentina. Milei solo retuvo su voto duro; Massa hizo una remontada histórica; Bullrich no logró mantener los votos que obtuvo su espacio en las PASO y Schiaretti hizo una elección histórica y sus votos serán clave en el ballotage, que será el 19 de noviembre entre “el tigre” y “el león”.
Los argentinos fueron a las urnas y se expresaron: Massa tuvo 36,68%, Milei no pudo superar su techo de las PASO (29,98%) y Bullrich, con 23,83%, no pudo atraer los votos que había recibido Horacio Rodríguez Larreta, su contrincante en las PASO.
La sorpresa la dio Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba, perteneciente al peronismo disidente no kirchnerista. Schiaretti quedó cerca del 7% y será clave en el ballotage, al igual que los electores de Juntos por el Cambio.
Las encuestas auguraban que ganaría el candidato libertario, incluso algunos consultores indicaban que podría imponerse en primera vuelta. Lo cierto es que nuevamente erraron los pronósticos y el exintendente de Tigre hizo una gran elección el país.
En su discurso de anoche, Massa reiteró su llamado a un gobierno de unidad nacional, convocando a defender los valores republicanos, en un guiño a los simpatizantes de la Unión Cívica Radical. Por su parte, Milei remarcó el resultado histórico que posiciona a su espacio político como la segunda fuerza de la Argentina e instó a «acabar con el kirchnerismo».
Si bien Patricia Bullrich hizo un discurso de apoyo tácito a Mieli, en Juntos por el Cambio no hay un liderazgo claro capaz de contener a todos y es probable que tanto radicales como larretistas apoyen a Massa.
Ahora, empezó una nueva campaña en Argentina, que durará un mes y donde los perdedores serán el tesoro en disputa.