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lunes, octubre 7, 2024

Mantegazza y la canción paraguaya

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Paranaländer tropieza en la hemeroteca con un caballero de la cruzada del progreso llamado Paolo Mantegazza (1831-1910) y de paso con una canción guaraní del siglo XIX.

 

Paolo Mantegazza (1831-1910), viajero y científico italiano que hoy es más conocido por ayudar a formar colonias de italianos en Argentina y por ser el autor de la novela pionera de la fantascienza italiana El año 3000.  Nadie recuerda sus escritos sobre sudamérica Rio de la Plata e Tenerife (1867, Brigola, Milano), cuya versión abreviada (expurgada sobre todo de su parte paraguaya) Viajes por el Río de la Plata y el interior de la Confederación Argentina Buenos Aires 1916, editorial Coni, nadie recuerda ya. Yo tropecé con este paradigmático positivista decimonónico, traspasado por el fuego devastador del dogma del progreso sin vuelta atrás, en un artículo de Arturo Nagy: Andanzas de Mantegazza en Asunción (dominical de ABC, 13 octubre 1968).

No le interesaba el indio guaraní ni sudamericano (el indio de la América meridional es un hombre de escasa sensibilidad, descontento de sí mismo; taciturno, silencioso, desconfiado, fríamente cruel; tierno a veces y apasionado; tenacísimo y amante de la libertad; poco inteligente; poco activo; sobrio por necesidad o por inercia, así como en oportunidad voraz, pues que no aprende de la civilización más que los vicios: apasionado de los placeres y de la embriaguez. Supersticioso sin ser religioso: poco moral por su corta inteligencia : incapaz de alcanzar por sí mismo muy alto desarrollo de cultura y destinado a ser envuelto y a confundirse en el gran torrente de la civilización europea), la lengua guaraní tampoco pues fue un artefacto de manipulación en las manos maquiavélicas de los jesuitas evangelizadores/civilizadores. Piensa que desaparecerá, fatum que no lo desea tan profundamente como sí la desaparición del mapa sudaka del país llamado Paraguay, pero si debe decidir entre el telégrafo y el ferrocarril (el futuro tecno-utópico) y el guarani (pasado/prehistoria), sacrificaría a esta última.

Lo que me convoca al final aquí hoy es que este enemigo declarado de Paraguay (quería su anschluss por parte de los argentinos), es el inesperado rescate de una canción paraguaya en medio de sus furibundos y fanáticos escritos europeo-civilizadores.

Termino con un extracto bastante extenso que trata sobre la canción paraguaya que ha sobrevivido gracias a un viajero anti-paraguayo. Habla de lágrimas, distancias insalvables, pikasu, alas, el sol,  el amor…La transcripción del guaraní es literal, es decir tal cual la escribió Mantegazza, no retocamos las erratas ni las incorrecciones ortográficas pues su comprensión no sufre ningún menoscabo y de todos modo es bastante fácil y transparente para un lector medio paraguayo contemporáneo.

 

«Los jesuitas, en lugar de enseñar español a los indios, aprendieron ellos mismos el guaraní y, de hecho, perfeccionaron esta lengua con un ingenio muy agudo, enriqueciéndola con todas aquellas palabras de carácter ideal de las que carecía.

Basta estudiar el diccionario guaranítico, que imprimieron en América, y del que quedan muy pocos ejemplares, para convencerse de cuán ingeniosos fueron los jesuitas para formar estas nuevas palabras, quitando los elementos a las voces del mundo físico, ya conocido por los indios. En el análisis de ese diccionario hay todo un tesoro de descubrimientos intelectuales.

Es así como las lenguas son barreras que separan a las naciones en círculos de hierro, para que a su vez puedan servir como elementos aislantes e instrumentos muy preciados del despotismo.

Borra los dialectos, destruye algunas lenguas y habrás fusionado en una sola familia, varias naciones que antes eran indiferentes entre sí o enemigas. Esto lo saben bien los jesuitas, pues fueron muy profundos, entre los que existieron, con conocimiento del corazón humano y que utilizaron las lenguas como instrumento de imperio en América.

Además, como está hecho el guaraní, es una lengua llena de sonidos nasales y guturales, por lo que a los extranjeros les resulta muy difícil pronunciarla. Es rico en palabras y se presta muy bien a la expresión de sentimientos, pero es muy pobre en el aspecto intelectual. Para los que quieran hacerse una idea, aquí tenéis una canción popular con traducción literal:

Curai hôcharaicha

Mômbîrî nandehegui;

Upêrami abey che

Mômbîrî ai de agui.

Parece que estoy tan lejos de ti como el sol está de nosotros.

 

Guenbîaiju o mocanîro;

Pîcasumi ochacò,

Upêrà mi abey che

Nderehê anapiro.

 

La tórtola llora cuando pierde a su marido, y yo lloro por tu pérdida.

 

Nderendape aha hàgua

Che angå che recobe

Toy porucache уреро,

Mtoraijupe ajurere.

 

Para ir a verte, alma mía y vida mía, ruego al amor que me preste sus alas.

 

 

Tesai ndarecobeyma

Anoebo nderêhe

Ara obahêre hae

Cherecobe amcene.

 

Ya no tengo más lágrimas, porque lloré mucho por ti.

Pero llegará el día que me dará la vida».

 

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