El canciller nacional presentó su candidatura para la Secretaría General de la OEA y aboga por un organismo basado en el diálogo, la negociación y el consenso, capaz de responder a los desafíos del crimen organizado, las crisis sanitarias y los cambios tecnológicos.
Durante una asamblea convocada para escuchar las propuestas de los candidatos, el canciller nacional Rubén Ramírez Lezcano presentó su visión para transformar la Organización de Estados Americanos (OEA). En su intervención, Ramírez subrayó que «las acciones de la secretaría general no deben ser unilaterales; deben ser resultado del diálogo y consenso para recuperar la relevancia y legitimidad que la organización ha tenido a lo largo de su historia». Según explicó, es fundamental que la OEA se reordene y se adapte a los nuevos fenómenos globales, como el crimen organizado transnacional, las crisis sanitarias, el advenimiento de las redes sociales y los cambios tecnológicos disruptivos, entre ellos la inteligencia artificial y la digitalización.
El canciller enfatizó que el multilateralismo es esencial para la defensa y promoción de la democracia. «El presidente Santiago Peña está comprometido con el multilateralismo, y decidió presentar mi candidatura para uno de los espacios más antiguos de multilateralismo», afirmó, haciendo hincapié en la importancia de que el organismo recupere su protagonismo para fortalecer, promover y defender la democracia en el continente. Además, resaltó la necesidad de crear equipos de crisis y de reacción temprana que fomenten el diálogo y el consenso, evitando que la polarización y la división pongan en riesgo la estabilidad de los procesos democráticos.
Asimismo, Ramírez propuso reordenar la estructura interna de la OEA, ajustando sus recursos humanos para hacerla menos burocrática y más cercana a la gente. «Conmigo, como secretario general de la OEA, contarán con un compañero que buscará ese equilibrio necesario para dialogar, proponer alternativas que construyan el consenso y generar el desarrollo, haciendo realidad la misión histórica de América: ofrecer al hombre una tierra de libertad y un ámbito favorable para el desarrollo de su personalidad y la realización de sus justas aspiraciones», concluyó.
El canciller también destacó que la nueva OEA debe responder a los desafíos actuales mediante una administración eficiente y efectiva, en la que las decisiones sean el resultado de un proceso de negociación entre los estados miembros. Su propuesta se contraponerá a modelos unilaterales, buscando recuperar la credibilidad y legitimidad del organismo a través de un enfoque inclusivo que integre a todos los países del hemisferio.