A causa de un error en el sistema de reconocimiento facial del sistema judicial de Chicago, la policía cambió identidad de un cuerpo encontrado en la calle y llevaron el luto a la familia equivocada.
A fines de abril, un hombre inconsciente, gravemente herido y prácticamente desnudo fue encontrado en un auto abandonado en una carretera de Chicago. Una ambulancia lo llevo de urgencia al hospital Mercy de esa ciudad.
Enseguida, realizaron un reconocimiento a través de un sistema de foto judiciales, el cual dio como resultado que la persona herida se llamaba, supuestamente, Alfonso Bennett. Enseguida, la policía se comunicó con su familia para informarle que él estaba herido de muerte y que no había posibilidades de salvarlo.
Si bien las hermanas de Alfonso dudaban de que el internado fuera su hermano, la policía insistió para que acepten que era él. Les parecía que el cuerpo no coincidía pero ante la insistencia, aceptaron el supuesto y triste final de su familiar.
El susto fue enorme cuando algunos días después Alfonso Bennett se presentó en un asado familiar, organizado ya hacia algunos meses. Nadie podía creer lo que sus ojos veían: “¡Está vivo!, es un milagro!” gritaban las tías, con una mezcla de susto y felicidad.
Lo que en realidad sucedió es que el sistema de reconocimiento fotográfico falló. En realidad, el fallecido era Elisha Brittman, según reveló otro sistema de reconocimiento que se basa en registros de huellas dactilares.
La confusión generó una situación muy fea: fueron los Bennett quienes tomaron la decisión de “desconectar” a Brittman de las máquinas que lo mantenían con vida, pues ya tenia muerte cerebral. De esta manera, los obligaron a tomar una decisión drástica sobre la vida de un desconocido.
Las familias de Bennett y Brittman iniciaron acciones legales contra el Hospital Mercy de Chicago por negligencia.