Branislava Susnik es un nombre icónico para el Paraguay. Fue una eslovena que incluyó por primera vez los estudios antropológicos sobre las poblaciones indígenas en la historia social del Paraguay, de allí la importancia de la conmemoración de su centenario, que tendrá lugar a partir del mes de enero.
Para ello, autoridades del Museo Etnográfico Andrés Barbero y científicos eslovenos preparan celebrar por todo lo alto los cien años de la estudiosa europea, nacida en Medvode, Eslovenia, el 28 de marzo de 1920.
Susnik llegó al Paraguay a finales de 1951, llamada por el prestigioso doctor Andrés Barbero para continuar los trabajos museológicos iniciados por el etnólogo alemán Dr. Max Schmidt.
Las hermanas Josefa y María Barbero, siguiendo la voluntad del Dr. Barbero le encomendaron la reorganización y recuperación de las colecciones y de la biblioteca e inició sus trabajos de campo en Paraguay en 1954 entre los Maká y luego entre los Chulupi, publicando sus primeros trabajos lingüísticos en su nueva patria.
Sus múltiples viajes de estudio entre casi todas las etnias sobrevivientes del Paraguay acrecentaron las colecciones y las publicaciones del museo, ya que casi todas sus investigaciones resultaron en frondosos materiales, libros que abarcaron la temática lingüística, etnohistórica, cultura material, etc. de los indígenas del Paraguay y América y de la antropología social del Paraguay, llegando a sumar 77 obras escritas, como libros y artículos, quedando algunos trabajos inéditos, los que se editaron póstumamente.
Organizó y dictó cursos, seminarios y conferencias sobre Introducción a la Antropología, Antropología Social del Paraguay. Perteneció a importantes centros e institutos de investigación como la «Societé Suisse des Americanistes» de Ginebra y La Academia Paraguaya de La Historia.
«Cumplió la función de reescribir la historia de Paraguay porque puso a los indígenas en la historia nacional, donde ellos no estaban presentes. Era una historia lineal de lo que pasó en la conquista, lo que hicieron españoles y guaraníes, pero hasta ahí nomás», explicó recientemente a la agencia española EFE la historiadora Adelina Pusineri.
Las bibliotecas de Río de Janeiro, Buenos Aires, Tarija, Sucre, Santa Cruz de La Sierra y Cochabamba, además del Archivo Nacional de Asunción y la propia biblioteca del Museo Etnográfico «Dr. Andrés Barbero», fueron la gran fuente de investigación para sus extensos trabajos, trayendo a la luz de la ciencia histórico – antropológica nuevos datos, como lo relacionado con la conquista y el contacto indígena-hispano, profundizando en el conocimiento de los indígenas del Paraguay y América, tanto del pasado como actuales, escribiendo la etnohistoria de los guaraní y chaqueños, tan desconocidos hasta entonces.
El Gobierno Nacional reconoció su labor silenciosa y solitaria y su aporte a la cultura paraguaya galardonándola con el Primer Premio Nacional de Ciencias en el año 1992, instituido por el Congreso Nacional para ser otorgado cada año al mejor trabajo científico – cultural.
Falleció el 28 de abril de 1996. Póstumamente, el 14 de mayo de ese mismo año, fue condecorada con la Orden Nacional al Mérito en el Grado de «Gran Oficial». El Museo Etnográfico «Dr. Andrés Barbero» tuvo el gran honor de tenerla como su Directora, fue una incansable investigadora que con su vasta obra hizo conocer al Paraguay en el mundo científico y cultural.
(Fotos: Museo Etnográfico Andrés Barbero)