El exdiputado Tuma lanzó en las redes sociales su precandidatura a la intendencia de Asunción. Se «destaca» por sus lazos con la narcopolítica, la reivindicación del tráfico de influencias y el nepotismo. También fue famoso por intentar sancionar una ley mordaza, hecho que motivó el recordado hashtag #OscarTumaPelotudo.
En la ANR se va calentando el ambiente preelectoral con miras a las elecciones municipales de Asunción, a realizarse el próximo año. Varias figuras se posicionan: desde el outsider Juan María Brunetti, pasando por el senador Martín Arévalo, hasta el polémico ex diputado Oscar Tuma. Sin dudas la candidatura de este último es la que genera mayor rechazo por su frondoso prontuario.
Tuma busca reposicionarse en Honor Colorado luego de la dura derrota que sufrió como candidato a senador en las elecciones pasadas, a pesar de la pomposa campaña electoral con la que se promocionó. Los altos niveles de polución visual y sonora de sus carteles habrían sido financiados por turbios personajes de frontera. Sin embargo, el resultado fue un verdadero fiasco electoral: no logró juntar más de 20 mil votos.
Utilizando su investidura de diputado, Oscar Tuma fue uno de los resortes más activos de la narcopolítica, operando para trabar procesos judiciales y defendiendo los intereses del lavado de dinero.
Su amistad y alianza política con el narcotraficante Chicharõ resume su rol en el organigrama del delito, aunque dicho entuerto esta lejos de agotar su tentáculos con el mundo del crimen organizado.
Tuma como diputado fue además conocido por hacer apología del tráfico de influencias y el nepotismo. Dos prácticas que no sólo constituyen graves faltas a la ética de lo público, sino que se encuentran tipificadas como delitos.
En las redes sociales llegó a ser Trending Topic (TT) el hashtag #OscarTumaPelotudo, debido a que el exdiputado había presentado un proyecto de ley para censurar las críticas y cuestionamientos de los usuarios de Internet. Sus graves limitaciones mentales le impidieron ver que él mismo sería sancionado en caso de que su proyecto tuviera vigencia.
Luego de abandonar el Congreso por carecer de votos, Tuma fue incorporado como «columnista» del diario La Nación, probablemente un loable gesto del periódico en lo que respecta a la inclusión de personas con discapacidades cognitivas.