El presidente del Senado salió a dar declaraciones por la compra de equipamiento nuevo para la sala de sesiones, sillones y computadoras. De acuerdo con Ovelar, el mobiliario tiene más de 20 años y la tecnología está obsoleta, situación que le reclaman los senadores en privado, aunque, según Beto, en público pontifican sobre la austeridad.
En la mañana de este lunes, el presidente de la Cámara Alta, Silvio «Beto» Ovelar, contestó preguntas a la prensa porque trascendió una importante erogación que se hizó para modernizar la sala de sesiones del Senado.
Ovelar expresó que los sillones que utilizan los senadores tienen mucho uso, presentan fallas y ya no pueden ser reparados, pues se compraron en el año 2003. Algo similar ocurre con las computadoras, que debieron ser renovadas por obsolescencia.
Beto justificó los gastos que debió enfrentar como presidente del senado durante el periodo de receso y, asimismo, sin dar nombres propios, disparó contra sus colegas: afirmó que ellos «hacen exposiciones extraordinarias de austeridad en público», pero que, en conversaciones privadas, le manifiestan la necesidad de actualizar las instalaciones en las que deben sesionar.
Asimismo, aclaró a los periodistas que todo el proceso se puede verificar y es absolutamente transparente.
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