Al promover el desbloqueo como la panacea de nuestra democracia, sin garantizar antes un verdadero control del financiamiento político, Patria Querida actuó como « idiota útil» del PCC, el Comando Vermehlo y otras bandas delictivas.
El Partido Patria Querida fue uno de los principales promotores de la “ley de desbloqueo”, supuestamente una solución a casi todos los problemas que tiene nuestro sistema democrático.
Se decía que, con el desbloqueo, la “calidad de la representación” daría un salto cualitativo, dado que por primera vez el elector tendría el verdadero poder frente a las “degradadas estructuras partidarias”.
Recordemos que el desbloqueo como panacea de los males que padece nuestra democracia no es una idea nueva, sino una de las banderas que Patria Querida viene promoviendo desde su formación. Ha sido en las últimas décadas una de sus obsesiones, logrando que no solo todo el periodismo acompañe la propuesta, sino también importantes sectores de la sociedad civil.
Sin embargo, la “victoria” obtenida en el parlamento el año pasado con la sanción de dicha propuesta comienza a mostrar su costado más siniestro. Como diferentes especialistas en ciencia política habían advertido, el desbloqueo de las listas entierra la última barrera de contención contra el libre ingreso de criminales, narcos y mafiosos a los órganos de representación popular.
Seamos claros: con el desbloqueo, los grupos criminales lograron un inmenso abaratamiento de sus costos operativos. Ya no necesitan negociar los primeros lugares de las listas, sino que lo único que necesitan es ubicar en cualquier orden a uno de sus leales, para luego fogonearlos con sus ingentes recursos ilegales.
Las listas cerradas permitían todavía oponer dos lógicas: el poder territorial de una dirigencia versus el poder del dinero. Con la personalización de las campañas políticas, pierde el sentido de pertenencia de los partidos, gana el peso del dinero que las mafias poseen ilimitadamente.
Con la normativa hoy vigente, se quitó en gran parte el poder de maniobra a los partidos políticos, para pasar a abrir la carrera a cualquier persona con poder económico que desee impulsar una candidatura unipersonal, dinamitando la solidaridad interna que necesita una agrupación política para ofrecer una visión cohesionada del mundo, de las políticas públicas y de la perspectiva ideológica que poseen.
De esta forma, los que se imaginaban dando una batalla en pos del fortalecimiento de la ciudadanía terminaron siendo idiotas útiles del PCC, el Comando Vermelho y otras bandas delictivas.
El Partido Patria Querida -que hoy se embandera con la lucha contra el dinero sucio en la política- lo único que logró fue agravar la situación de nuestro sistema de representación, ya que el desbloqueo es totalmente contraproducente sin instituciones que garanticen la transparencia del financiamiento político.
Si era genuina la lucha de Patria Querida por mejorar la calidad de nuestra democracia, deberían de haber comenzado por garantizar el control del dinero que financia a los candidatos, para solo luego revisar el sistema de elecciones de representantes.
Al no establecer ese orden de prioridades, los profetas del desbloqueo antepusieron la carreta al buey. Se dejaron llevar por principios supuestamente nobles, sancionando una ley que termina favoreciendo a narcos, contrabandistas y evasores.
Los hechos se juzgan en política por sus consecuencias y no sus aparentes buenas intenciones. Salvo que se revierta esta realidad, el Partido Patria Querida llevará por siempre el estigma de haber dinamitado los últimos escollos que tenía la narcopolítica para la captura total de los partidos políticos en Paraguay.