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viernes, noviembre 22, 2024

Sacerdote manoseó pero fue absuelto

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El expárroco de la Parroquia San José de Limpio, juzgado por acoso sexual, fue absuelto este lunes: el Tribunal consideró que el «manoseo» probado que sufrió la víctima no constituye hostigamiento con fines sexuales. Escándalo, indignación e injusticia.

El sacerdote Silvestre Olmedo fue absuelto este lunes por el cargo de acoso sexual. El Tribunal, compuesto por los jueces Leticia de Gásperi, Dina Marchuk y Hugo Segovia resolvió que si bien el manoseo sin consentimiento estuvo probado, el hecho no constituye delito pues «no había relación de superioridad» y «no hubo hostigamiento con fines sexuales» porque solo sucedió una vez.

Sólo De Gásperi votó a favor de la condena; Marchuk y Segovia -por ser mayoría- impusieron su posición a favor de la inocencia de Olmedo. El mismo Segovia, en su argumentación, reconoció que el cura manoseó los pechos y la espalda de la denunciante, Alexandra Torres, pero que esto no es pasible de condena porque no se reiteró y porque Torres no trabajaba para Olmedo y no había relación de jerarquía entre ellos.

Esta sentencia parece obviar el hecho de que los curas y miembros de la Iglesia Católica gozan de mucho respeto y prestigio en sus comunidades y que simplemente por el hecho de ostentar un cargo religioso ya son vistos por los fieles como autoridades. 

Torres formaba parte de la comunidad pastoral de la Parroquia San José de Limpio y, cobrase o no un sueldo de Olmedo, socialmente se ubicaba en una situación de subordinación respecto del cura.

La abogada de Torres, Sonia Von Leppel, apelará la sentencia, mientras que el representante letrado de ahora absuelto por acoso, Rodrigo Yódice, sostuvo que se hizo justicia y que solo se llegó a la instancia de juicio por la presión popular.

Lo cierto es que al reconocer que el religioso toqueteó sin consentimiento a la denunciante y no condenarlo, el Tribunal tácitamente habilitó a que esos hechos abyectos se repitan en otras situaciones, provocando que situaciones similares se naturalicen y no representen -a los ojos de la Justicia- delito. En resumidas cuentas, sentó jurisprudencia para que hombres manoseen a mujeres y queden impunes.

La sentencia despertó indignación. Si bien al exterior del juzgado se habían congregado dos grupos, uno en apoyo a Olmedo y otro en apoyo a Torres, en las redes sociales el rechazo fue unánime y el hashtag #AlexaNoEstasSola enseguida fue trending topic.

https://twitter.com/mariapazmolina/status/1292988405559828480?s=20

Muchos usuarios de Twitter señalaron que la absolución del párroco es una barrera más para que las víctimas de violencia sexual decidan no denunciar los hechos aberrantes que les tocó vivir, ya que la judicialización supone instancias en que los denunciantes se exponen física y emocionalmente, perdiendo su anonimato, y todo esto para que finalmente los hechos queden impune. 

La jueza Marchuk buscó justificar su criticado desempeño y sostuvo que «no es culpa del Tribunal sino del Ministerio Público», porque, sostiene, se aplicó correctamente el Código Penal, en declaraciones a radio Monumental, según informa Santiago González.

La realidad es que los magistrados no son autómatas que aplican la ley, ellos deben interpretar la letra del legislador -por definición abstracta- y adaptarla a los casos concretos. Si la jueza Marchuk consideró que el comportamiento de Silvestre Olmedo era reprobable, debió pronunciarse como lo hizo su colega De Gásperi, pero decidió absolver al cura manoseador. 

En resumidas cuentas, se trata de un hecho más violencia de género y abuso de poder que queda impune, resta saber los jueces Marchuk y Segovia sufrieron presiones de poderes fácticos y/o si tienen introyectado una cosmovisión en que las mujeres no tienen derechos ni garantías sobre sus cuerpos.

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