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sábado, noviembre 23, 2024

Ángela Merkel conversa con ciudadanos vía web

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La canciller mantiene una serie de diálogos telemáticos por Zoom con ciudadanos para escuchar de primera mano los efectos que la pandemia causa en la población. Los encuentros virtuales se realizan con diversos sectores de la sociedad.

 

“¿Qué me quiere contar?”. La canciller alemana, Ángela Merkel, pregunta y una policía de Baja Sajonia le explica cómo es su trabajo estos días, marcado por una pandemia que en Alemania saca a miles de escépticos respecto al Covid a la calle.

La canciller utiliza la plataforma Zoom y la charla forma parte de una serie de diálogos que la veterana jefa de Gobierno mantiene semanalmente con los ciudadanos, ahora a través de la pantalla.

Primero fueron aprendices, después cuidadores y personas dependientes y más tarde policías. Luego le tocará el turno a los estudiantes. Se trata de desplegar empatía, pero también de tomar el pulso a la población en un momento crítico para el estado de ánimo colectivo.

Los encuentros se titulan Conversación con la canciller y el formato es muy merkeliano. Hora y media de conversación solo con gente a la que le pasan cosas y que tiene preocupaciones que compartir con la jefa de Gobierno. Se lo cuentan con todo lujo de detalles.

Este tipo de diálogos ciudadanos no es nuevo para Merkel, que cada año mantiene uno o dos en algún punto del país. La diferencia es que ahora son más y son digitales. Pero sobre todo, que en este momento, el contacto resulta especialmente valioso en sendas direcciones.

Merkel ha asegurado que el Covid-19 es un desafío para la democracia. La proliferación de noticias falsas en torno a la pandemia y las minoritarias, pero persistentes, protestas demuestran la importancia de la pedagogía política y de contar con el apoyo de la población en la lucha contra el virus, destaca el medio español El País.

En la charla con los policías, Merkel, que creció en la República Democrática Alemana, arranca diciendo que para ella es fundamental la libertad de expresión y que se permitan las manifestaciones de escépticos de la pandemia. Asegura, sin embargo, que se hace cargo de lo difícil que es el trabajo de los agentes en tiempos de pandemia. “¿Ha tenido casos positivos de Covid-19 entre sus compañeros?”, le pregunta a un agente. Otra le explica lo difícil que fue mantener a un grupo de 700 personas en una cuarentena impuesta en un bloque de edificios, que acabó en conato de rebelión.

La cancillería designó los cuatro grupos de ciudadanos que participarían y luego las agrupaciones profesionales y Cámaras de Comercio eligieron a la quincena de personas por encuentro. La representatividad de los elegidos es evidentemente limitada.

Los críticos de la líder alemana consideran que la suya es a menudo una empatía prefabricada y efectista. Pero lo cierto es que cuando se interesa al detalle y en actitud de escucha activa por los problemas de quien tiene enfrente, a menudo le funciona. “Sabe hacerse pequeña y ganarse la confianza del interlocutor. La gente se siente comprendida con ella”, señala una fuente que ha compartido mesa negociadora con la canciller.

La popularidad de Merkel se ha disparado en esta pandemia hasta niveles récord en sus ya 15 años de mandato. Las encuestas indican que los alemanes consideran que ha gestionado bien la crisis y confían en la canciller-científica.

Alemania salió relativamente bien parada de la primera ola, pero esta segunda está golpeando con fuerza y en los últimos días se han alcanzado picos de casi medio millar de muertes en 24 horas: 483 el viernes y 18.517 desde el inicio de la epidemia. Las restricciones, menores que en otros países del entorno, han logrado frenar el crecimiento exponencial de contagios, pero han llevado las cifras al alza: 23.318 positivos el viernes en un país con 82 millones de habitantes. La incidencia nacional en los últimos siete días es de 138,7 casos por cada 100.000 habitantes.

Foto: Reuters

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