El economista libertario compitió el pasado domingo en las elecciones primarias legislativas y sorprendió a todos: obtuvo un 13,66% de los votos en Buenos Aires y ahora busca el 2do lugar en las generales de noviembre. La gran mayoría de sus votantes son jóvenes y de sectores populares.
Parece ser que las ideas estatistas y «socialdemócratas» están empezando a quedar atrás en la Argentina: representan, al menos para un gran porcentaje de jóvenes, el statu quo ante el cual rebelarse. Así lo analizó el periodista Pablo Stefanoni en su último libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? (Siglo XXI), donde estudia la relevancia que están adquiriendo en el mundo los políticos antisistema, que pregonan ideas de austeridad económica, recorte de funciones estatales, consignas antifeministas y neonativistas.
Este diagnóstico cobra relevancia particular en América Latina, luego de casi dos décadas de administraciones denominadas «nuevos populismos», que basaron su legitimidad en devolver una fuerte centralidad al Estado luego de la década del noventa, buscando implementar medidas de redistribución económica, apuntalamiento del consumo y fomento de la industria nacional.
En Argentina, este domingo 12 se desarrollaron las elecciones PASO (primarias abiertas simultáneas y obligatorias) en la cual todas las fuerzas pueden presentar una o varias listas -definiéndose así el orden de los candidatos de cara a las generales- y, a su vez, compiten contra las demás por ver cuál obtiene más votantes.
En la ciudad de Buenos Aires, una de las capitales más cosmopolitas de nuestra región, Javier Milei -economista, 50 años y un look juvenil- desafió con éxito al oficialismo porteño (la coalición macrista Juntos por el Cambio) y al oficialismo nacional (el Frente de Todos, alianza peronista-kirchnerista).
El partido de Javier Milei «La libertad avanza» alcanzó el 13,66% de los sufragios porteños (238.552 votos), ubicándose en 3er lugar. La primera posición fue para la candidata María Eugenia Vidal (48,19%, Juntos por el Cambio) y el segundo, para Leandro Santoro (24,66%, Frente de Todos).
Los libertarios avanzan
Javier Milei busca representar a aquellos argentinos -porteños, en esta ocasión, porque las elecciones a diputados y senadores se dan por distrito- que descreen o que se cansaron de lo que él llama el comunismo/socialismo (ideas estatistas, socialdemócratas, de fuerte presencia estatal en la protección de los ciudadanos y la distribución de la economía).
Una versión simplificada del liberalismo es la de verlo como únicamente compatible con los intereses de las personas de mejor posición económica, pues se considera que un Estado reducido, con baja carga impositiva, promotor del libre comercio y protección irrestricta de la propiedad privada no generarían ningún interés en los sectores menos favorecidos.
Sin embargo, en Argentina esto está cambiando aceleradamente, producto del recambio generacional, las deudas que el estatismo tiene con las expectativas de los votantes, el crecimiento sostenido de la pobreza y la falta de oportunidades que se instalaron definitivamente en dicho país (primero con la crisis económica y ahora con la pandemia). Así, la retórica liberal gana interés en amplios sectores de la sociedad y retrocede el sentido común que forjó el kirchnerismo en los últimos 20 años.
El sistema nos quiere dejar afuera porque venimos a cambiar el statu quo.
La casta política dice que somos peligrosos. Tienen razón, somos peligrosos pero para ELLOS.
Este domingo les vamos a poner un FRENO de una vez por TODAS, votando a La Libertad Avanza. pic.twitter.com/XbCqT0rx6o
— La Libertad Avanza (@LLibertadAvanza) September 9, 2021
En este contexto hay que entender a Milei, un economista de 50 años que se autodefine como libertario (o liberal de extrema derecha). En su horizonte ideológico, el Estado y los sindicatos son rémoras que se alimentan de los emprendedores y los trabajadores. Su ideal no es el Estado mínimo sino la inexistencia de éste: el cobro de impuestos es para los libertarios una expropiación totalmente ilegítima e innecesaria, porque la sociedad (conjunto de individuos) bien puede administrarse sin necesidad de instancias públicas, de manera totalmente privada. A todos los que se ubican a la izquierda de sus posiciones, los considera «zurdos».
Este economista comenzó apareciendo en la televisión argentina como un personaje extravagante, de pelo largo despeinado, sin tapujos para expresarse de manera agresiva contra el «establishment», que en su jerga no son los empresarios y poderosos sino los políticos tradicionales que «empobrecen a la gente mientras se llenan los bolsillos». Tiene mucha afinidad con el partido español VOX y con el bolsonarismo, de los que tuvo apoyo y admite similitudes.
Su popularidad pronto fue creciendo en redes sociales, su estilo irreverente seduce al electorado más joven. Sin embargo, lo más interesante de estas elecciones es que los votos de Milei más importantes provinieron de los barrios capitalinos más pobres, como Villa Lugano, Villa Soldati o Mataderos, echando por tierra el prejuicio progresista de que las ideas del liberalismo económico solo interesan a los grandes acaudalados.
Posibilidad de llegar a ser 2da fuerza
El 14 de noviembre serán las elecciones generales y el objetivo de Milei es doblar su puntaje y llegar a ser la segunda fuerza, detrás de Juntos por el Cambio. Sucede que en el 23% de los votos que obtuvo el oficialismo porteño provinieron de la lista interna del candidato Ricardo López Murphy, un economista liberal con ideas más que cercanas a las del partido Libertad Avanza. Por eso, la estrategia de Milei es seducir a los votantes lopezmurphistas, robándole votos a la cabeza de lista del macrismo, Vidal, y así poder superar a la que ahora es la segunda fuerza, liderada por el kirchnerista Santoro.
Está por verse si logrará su cometido y podrá acumular más apoyos que en las PASO, pero lo que está claro es que Milei dejó de ser un fenómeno mediático y ahora es un fenómeno electoral.