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sábado, mayo 18, 2024

Acerca del extraño vínculo entre Facebook y el neoexistencialismo. Segunda Parte

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El filósofo César Zapata continúa su indagación sobre la relación entre el movimiento filosófico existencialista y los modos de interacción que el presente ofrece en las redes sociales, específicamente en Facebook.

Desde hace algunos años imparto la asignatura de: Filosofía social y política I, para estudiantes de tercer año de licenciatura en filosofía. Este semestre 2021 a la fecha estoy satisfecho con las clases, pues revisamos en términos generales el pensamiento político de Platón, y leímos su libro VII de la República (politeia), ahora vamos por Aristóteles.

En este contexto decidí plantearles una experiencia: imagínense que han quedado abandonados en una isla, y que existe la certeza total de que nunca los van a rescatar.

En su isla tienen todo lo que puedan imaginar como posible en una isla: alimentos vegetales y alguna que otra proteína animal aparte de los peces. Ahora deben organizarse para sobrevivir. Acto seguido les doy una lista de preguntas como ejemplos a contestar, y que en términos generales apuntan a tres vigas: organización, gobierno y ética. Les recalco que en su isla comienzan de cero y, por lo tanto, pueden hacer lo que quieran.

Este experimento llamado la isla es conocido por los profesores y yo lo he aplicado muchas veces, pero nunca lo había hecho en un nivel universitario.

Dividí el curso en dos grupos, uno de ellos quedó formado por seis integrantes varones, o sea sin una mujer.

Pues bien, ambos grupos, después de 35 minutos, expusieron como sería su vida en la isla, y la verdad es que nunca escuché una respuesta tan particular como la que dio el grupo de varones.

Ellos llegaron a la conclusión, que si no había posibilidad de continuar, puesto que no podían reproducirse, entonces lo mejor era que cada uno viviese como quisiera e intentara ser feliz a toda costa. En su isla no había ningún tipo de coerción, no tenía sentido, no necesitaban una legislación, nada prohibido, sin castigos ni culpa, libertad e individualidad sin competencia, por lo menos así lo imaginaban. Su organización apuntaba al logro de un único valor máximo: la felicidad,  en el sentido de la eudaimonia griega, es decir como realización, plenitud, recuerden que se trata de estudiantes de filosofía que están leyendo a los griegos. Su gobierno: un respeto total a la libertad individual y al cumplimiento de una norma ética expresada como: ayudar al compañero en todo lo posible para que sea feliz.

La búsqueda de la felicidad era considerado por la filosofía política de Aristóteles el supremo bien de la polis

El sentido

En la explicación del equipo de varones no salió directamente al escenario el tema político, como lo esperaba, sino que se impuso “un problema existencial”, pues el grupo se preguntó por el sentido del grupo mismo, de qué servía una micro humanidad destinada a perecer, no encontraron significado en ello, y por lo tanto cambiaron su trascendencia, expresada en la construcción de una estructura política hecha para normar el presente y el futuro, por la inmediatez de una inmanencia inapelable: ser feliz, minimizando al máximo cualquier coacción social.

En otras palabras: trata de ser feliz al máximo antes de tu muerte y ayuda al otro para que también lo sea, o por lo menos, no lo jorobes.

Preguntémonos, entonces directamente: ¿qué significa tener un problema existencial?

Este cuestionamiento sucede cuando nos interrogamos por el sentido de “nuestra vida». No piense que es fácil tener este tipo de problemas, antes usted debe hacer un proceso, que comience con una pregunta puntual respecto de un aspecto de su existencia, para que desde ahí le sea probable realizar un  viaje dentro de su «sí mismo» y pueda  desembocar en una especie de recolección de todas las especificidades que conforman la totalidad de «su» existencia. Solo si logra ubicarse ahí, al borde de este acantilado de totalidad, logrará interrogarse por el sentido pleno de su vida.

Pobres seres humanos embrutecidos, diría Parménides, corren de un lado para otro bicéfalos, quieren éxito, cosas, aplausos y nunca se preguntan para qué los quieren, cúal es el sentido, el rumbo, el camino la meta para dotar de un significado a la vida que estan viviendo.

Para Kierkegaard, el individuo no tiene garantizada una superación dialéctica, no vivimos como una posición (tesis) sincronizada con la historia y el espíritu absoluto, que se opone a sí misma (antítesis) y después necesariamente se supera a sí misma, en una suerte de síntesis (Hegel). No. El existente debe trabajar dentro de sí mismo, dotar de sentido a su vida para poder superarse y, si su trabajo es deficiente, él se perderá de su propia existencia de carne y hueso, acaso lo único que tiene, agregaría Unamuno.

Es mejor, se lo aseguro, ser un tierno bobo, un genial bobo, un exquisito bobo, que jamás iniciará un proceso dentro de sí mismo. ¿Para qué autoboludearse de balde? Pero cuidado, el filósofo alemán Karl Jasper le hubiese contestado que no puede ser bobo toda su vida, pues un acontecimiento trágico, una enfermedad grave o la muerte de un ser querido, o cualquier cosa que lo impacte fuertemente, hará que se estrelle de bruces (de hocico) contra el sentido de su vida, y de golpe quede atónito frente a su propio acantilado de totalidad.

Karl Jaspers, psiquiatra y filósofo alemán de gran influencia en el movimiento existencialista

El existencialismo entendido como una indagación respecto al ser humano, en cuanto ser viviente que problematiza su vida y la dota permanentemente de sentido. Es probablemente una zona del filosofar tan antigua como la filosofía misma. Pero es solo en medio del siglo XX donde encuentra un bautizo oficial en la Europa de entre guerras mundiales.

No obstante el existencialismo no tiene que ser necesariamente un problema, puede ser un ejercicio de permanente reflexión respecto del significado que se nos adhiere por la carne y los huesos, a medida que vamos viviendo el  pedacito de vida que somos. Lo mágico de toda esta reflexión es que al indagar en aquello mas íntimo estamos al  mismo tiempo investigando en lo máximamente universal del ser humano, y esto sucede porque el individuo descubre que su intimidad está llena de afuera.

De ahí que los existencialistas europeos sean al mismo tiempo fenomenólogos, pues parten de la base que la consciencia es una estructura intencionalidad en permanente huida hacia aquello que ella no es, es decir hacia su afuera,  especialmente hacia los otro iguales a ella. En palabras de Meillassoux son correlacionistas, pues tanto el adentro como el afuera se disuelven en la relación entre ambos. [1]

¿Facebook ofrece la posibilidad de un nuevo formato de expresión para el filosofar existencial?

Por lo menos, en esta segunda parte del presente escrito, podemos, creo yo, observar lo siguiente:

-Facebook, propicia la expresión de la individualidad a través de la invitación a redactar un mensaje en el muro, que puede ser escrito, iconográfico o simplemente compartiendo información de otros estados.

-Consecuentemente crea una suerte de metodología existencialista, en apertura a una manifestación estética, para vehicular dicha individualidad.

Todo esto es aprovechado y convertido en dato por la bestia con rostro de libro digital, pero ojo también usted y los demás pueden reconvertir su estatus de simple dato en un existente reflexivo.

En la tercera parte de este ensayo iremos directamente por la descripción de esta extraña relación entre Facebook y un nuevo brote de existencialismo digital.

Referencias

[1] La lista de correlacionistas existencialistas es larga, aquí lo mas representativos: Martín Heidegger, J.P. Sartre, José Ortega y Gasset, Maurice Merleau-Ponty, Karl Jasper, Marcel Proust, Miguel de Unamuno, entre otros.

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