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martes, mayo 21, 2024

La poesía del aire de Alberto Sisa

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Paranaländer glosa casi insomne el último libro del poeta Alberto Sisa (Asunción, 1966), de noble y renombrada estirpe (sangre de los Da Costa de la revista Péndulo de los 60’s y Nelson Roura corren por sus venas poéticas).

 

Por: Paranaländer

 

Después de casi 4 años, el poeta y periodista Alberto Sisa ha editado un nuevo libro de poemas: “De esperas y otras impaciencias” (Arandurä, 2022).

La dedicatoria es para la hermana del poeta. El epígrafe del libro es romántico-alemán: “En nosotros, o en ninguna parte,/ está el pasado y el futuro”. Sin cerciorarme, me suena a escapado de “Los discípulos de Sais”.

La portada es una pintura de María Picarol Noel; la contraportada trae un texto de la poeta y editora Daily Jara: “el poeta crea una atemporalidad”, que es una buena pista de ingreso al libro de Sisa.

En el prólogo, citando al inmortal poeta inglés John Keats, vuelve a asomar esta misma sensibilidad: “una cosa bella es un goce eterno”.

Podríamos agrupar lo poemas por sus dedicatorias y homenajes, por su fuente cinematográfica o poética, por su vertiente metalingüística, coyuntural, erótica, sexual, amatoria, poemas en prosa,  aforismos o girándulas, o en combinaciones de uno de estos tópicos con otros.

Por ejemplo, “El hombre de los dulces”, es poema en prosa, a la vez que homenaje a un músico redescubierto (Sixto Rodríguez), abrevado en el cine.

También es un homenaje, esta vez a un poeta “joven” o rapsoda cósmico, “Tris, el trombón de una queja”. Escamoteo de él un verso memorable: “Tris en la circuncisión de la rosa”.

“Fiuuu” sale de Oliverio Girondo. Además de homenaje explícito también es una definición de poesía que intenta nuestro poeta, en plan ars poetica humorístico en este caso.

“Noctambulario” homenajea al centro cívico cultural Literaity, sobre todo  a su balcón, ese “gran poema del mundo“, desde el cual se lanzan sus poetas pletóricos de las hijas de Eris en bautismo fatal.

Si me preguntan cual es mi poema preferido del volumen, lo tengo clarísimo, y lo diré sin dudar: “Wanted poet”.

El déspota sentenció:

Tráiganme la cabeza del poeta.

Lo queremos más muerto que vivo,

por perturbar la paz y el orden público

de virtuolandia.

El mismo osó subvertir el establishment

más preciado de nuestro reino,

la sumisión,

despertando a nuestro

peligroso rehén,

la propia conciencia.

Búsquenlo hasta el último

confín del mundo.

Tráiganme la cabeza del poema.

 

Como se ve, participa del meta poema remitiendo a una célebre película del cineasta maldito Sam Peckimpah, a quien está dedicado.

Hay más poemas que hablan del poema, cito algunos de los más evidentes:”La pluma”, “La poesía en esencia”, “La poesía nunca dicha”, “La proclama del guerrero poeta”, etc.

Para terminar, hay una veta, en principio muy frecuentada por el cancionero popular, que recupera a mi entender Alberto Sisa: el viento (o el aire en Bachelard) como intermediario entre el poeta y su amada, la poesía (La palabra favonio es una de las palabras-fetiche más repetidas a lo largo de las 112 páginas del libro).

“Corola de luz en el jardín

donde el pensamiento es aire,

mecido por un delirio rosa”

 

 

 

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