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martes, noviembre 26, 2024

Una escena de «Operación cacería»

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Derian Passaglia escribe sobre lo que considera la mejor escena de «Operación cacería», una película estadounidense de acción del año 1993.

Cuatro o cinco rateros le quieren robar la cartera a una chica que llega a un barrio pobre, fabril, arriba de un descapotable azul y con ropa cara. La chica se regaló sola. Llegó a ese páramo olvidado de Dios porque está buscando a su padre, como toda chica sola. La gente en las calles, de adentro de un bar, miran el robo sin meterse. Deben saber que esos chicos son complicados así que mejor hacer la vista gorda, robos como ese estarán normalizados en el barrio. La novedad es la chica en el descapotable, la verdad es que es un robo digno de ver, para variar entre asaltos a viejos y niños.

Jean Claude Van Damme sale caminando del bar tranquilamente y cruza la calle hasta el descapotable y les ordena a los rateros que dejen a la chica tranquila. Parece un cantante de cumbia noventera, quizá su grupo hipotético, de haberlo tenido, se habría llamado Los Llaneros Solitarios. Jean Claude Van Damme no pestañea. Sus palabras fueron claras y seguras. No está nervioso como esos chicos que instintivamente caminan unos pasos hacia atrás. Se miran entre ellos y se ríen, como queriendo demostrar quién manda. Jean Claude Van Damme no se mueve. El sol le dora los rulos, en las esquinas los curiosos apenas si respiran. El largo tapado negro de Jean Claude Van Damme le da un aire de western a su inmovilidad.

Uno de los ladrones desenfunda un cuchillo. Van Damme mete a la chica en el auto y cierra caballerosamente la puerta. Gira la cabeza para medir a los cuatro o cinco rateros que lo rodean. Mete la mano en la cintura, como si fuera a sacar un arma, pero en vez de eso despega una pierna del aire para impulsarse y girar en el lugar, así puede darle con más fuerza una patada en la cara al tipo del cuchillo. Sus saltos son acrobáticos, circenses, impecables. Le da murra a otro con los puños, tira otra patada a los dientes de otro que se le venía por atrás, y ya le queda el último, un negro cagado las patas que se entrega a los nudillos duros de Jean Claude Van Damme casi como en un acto de redención. Los ladrones salen corriendo. Jean Claude Van Damme le devuelve la cartera a la chica y se van juntos en el auto. Maneja ella. Esta es una de las mejores escenas de Operación cacería, una película de acción de 1993, dirigida por John Woo, y que Netflix tiene en su catálogo.

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