Paraguayo Cubas es el único candidato «viral» de las elecciones presidenciales del 2023. Su crecimiento incomoda al PLRA y enciende alarmas en el establishment político y económico del país.
Paraguay se encuentra en plena campaña electoral, con las elecciones presidenciales a celebrarse el 30 de abril. Los candidatos más fuertes son Santiago Peña del Partido Colorado, Efraín Alegre del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y Payo Cubas de Cruzada Nacional.
Al principio, parecía que la disputa sería entre los aparatos políticos del Partido Colorado y del PLRA, pero un nuevo clivaje se ha hecho evidente en la campaña electoral: el anhelo de lo nuevo versus la repetición de lo mismo.
El que capitaliza este escenario es Paraguayo Cubas, a quien la mayoría de las encuestas ubica como tercero, cerca de Efraín o, incluso, como segundo.
Entre las razones del avance de Payo, podemos mencionar su estilo, con un lenguaje mucho más directo y ocurrente, lo que lo convierte en el único «candidato viral» de estas elecciones. Sus discursos y comentarios en las redes sociales son muy compartidos y comentados, y generan una gran atención mediática.
Otra de las razones del buen posicionamiento del candidato de Cruzada Nacional en todas las encuestas de intención de voto, es que Payo Cubas realiza gestos políticos que son más eficaces que costosas campañas publicitarias. Por ejemplo, difunde sus propuestas en los colectivos, recorre los mercados sin ser cuestionado, lo que lo acerca a la gente común y lo diferencia de los políticos tradicionales, que suelen viajar en lujosos vehículos y rodearse de guardaespaldas.
Pero, tal vez, la explicación más importante para el creciente apoyo a Payo es su propuesta que, aunque es controversial, se presenta como la única que ofrece algo realmente nuevo.
Su discurso antisistema y su crítica a la clase política tradicional resuenan en sectores sociales desafiliados, enojados o frustrados con la política de las últimas décadas. Muchas personas ven en él una oportunidad para cambiar el rumbo y dar lugar a una nueva forma de conducir el país.
Sin embargo, es importante señalar que la propuesta de Cubas también genera preocupación entre aquellos que valoran la estabilidad institucional y temen que sus ideas radicales puedan generar conflictos y desestabilizar el país. En este sentido, las elecciones presidenciales de Paraguay son la oportunidad para definir el proyecto que mejor represente los intereses y necesidades de la sociedad.
Ante este escenario, Efraín Alegre, por su parte, parece desdibujarse y no logra ser competitivo contra Santiago Peña, porque está atrapado entre su propósito de ser una opción de cambio, pero con un perfil que difícilmente pueda representar dicho anhelo. Los electores que no son colorados quieren algo nuevo y no una persona que ya perdió dos veces y es parte del establishment político. Quieren la novedad, quieren cambios y no confían en que un político tradicional sea la persona para llevarlos a cabo.
El mismo motivo parece afectar la candidatura de Euclides Acevedo, un político hábil, carismático y bien formado pero con un perfil más bien tradicional, un insider de la política paraguaya. Es elocuente que su propio aliado, el senador del Frente Guasu, Hugo Richer, reconoció públicamente que el candidato que crece de forma sostenida es Payo Cubas.
Por lo tanto, la lucha de fondo parece darte entre dos propuestas novedosas: por un lado, Santiago Peña, un joven economista que no tiene denuncias de corrupción en su paso por el Ministerio de Hacienda y propone reformas racionales que mejoren la estabilidad macroeconómica de la que goza el país desde 2003. Peña promete dar, por ejemplo, mayor acceso a la vivienda, aumentar el monto de las transferencias condicionadas y bajar el precio del combustible.
Por su parte, Paraguayo Cubas es el candidato de ruptura que quiere un cambio radical que empiece por una Reforma de la Constitución. Nuevas tipificaciones al latifundio, aumentos del impuesto inmobiliario para tierras productivas, plenos poderes para el Ejecutivo, achicamiento del Estado, pena de muerte para ciertos crímenes, relación con China Continental, son algunas de sus propuestas.
La campaña electoral continúa y habrá que esperar al 30 de abril para saber quién será el nuevo presidente de Paraguay. Lo que está claro es que los votantes están buscando una opción que renueve las expectativas, piensen con creatividad y audacia las necesidades fundamentales que tiene nuestra nación para los próximos años