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sábado, mayo 18, 2024

La vida sin orgasmo del comunismo ruso según Guerman

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Paranaländer hace refresh con una vieja interviú con el genial cineasta ruso Alexei Guerman (1938-2013), miembro ineludible de su petit panteón privado.

 

“Leningrado. En una oficina de los estudios Lenfilm, una feliz sorpresa: conocemos a un ser verdaderamente humano. Alexei Guerman no es sólo un buen cineasta (recordemos “Veinte días sin guerra” y “Mi amigo Ivan Lapchin”, exhibidas en París), sino un fino y lúcido analista de la situación. Habla de ello sin rodeos y no sin humor. Es casi el único que dice algo bueno de Gorbachev. En una de las paredes cuelga el retrato de bienvenida de Luis Buñuel. Escuchemos atentamente a AG”.

Así empieza la entrevista de Cahiers con el cineasta ruso Alexei Guerman (1938-2013), realizador de pocas pero  portentosas películas como “Qué difícil es ser un Dios” (2013).

“En Lenfilm vivimos en la promiscuidad: el estudio es viejo, ruinoso, las oficinas pequeñas… Allí fundé un taller creativo para ofrecer a los jóvenes directores la oportunidad de hacer películas, cortas o largas. No necesitamos permiso previo para encargar guiones. Nos consultamos entre nosotros, lanzamos el proyecto y luego vemos el resultado. Si creemos que el director tiene talento, mucho mejor: ¡que empiece su carrera! Mostrará su película y será acosado, porque los buenos cineastas son raros. Si la película es mediocre, eso no pone en duda la idea misma de un taller. El cineasta no podrá levantar la cabeza y afirmar que tiene un genio.   La película está ahí para dar testimonio de su mediocridad. Las desventajas persisten: perdemos dinero. Una parte nos llega de Goskino, el resto lo tenemos que conseguir mediante engaños”.

Guerman daba allí un pantallazo a su situación dentro del cine ruso.

En su época (1990), solo el director de la Unión de cineastas y Sokurov eran miembros del partido.

Definía al ruso (sovietico) como parte de un país de artistas trágicos: Soljenitsyne, Chamalov, Mandelstam, Tarkovski.

El cine sovietico fue muy perjudicial a la sociedad, durante la represión stalinista su responsabilidad fue más grande aún que la de los órganos de propaganda. Los grandes clásicos del cine soviético por ej., llamaban todos a la violencia, al asesinato, a la venganza.

Su padre, Yuri, escritor autor del libro “El teniente-coronel del servicio de medicina”, que llegó a beber vodka con Sartre, contaba que Stalin había escrito un corto tratado de historia sobre los filmes de Alexis Kapler (1904-1979, fue actor y director de  teatro en Kiev y luego en Leningrado. Guionista de “Lenin en Octubre” y “Lenin en 1918” de Mikhail Romm. Fue amante de la hija de Stalin, que le valió varios años de internamiento).

Cuando rodó “Veinte años sin guerra” (1977), tenía todo el día a un funcionario a su costado contando el número de frascos de agua para luego denunciarlo..

Sobre su peli de 1971, “La verificación en los caminos”, un ministro del gobierno le dijo:”Has hecho una película khrouchtchoviano”. es decir, cine del período del deshielo.

Solo 3 cineastas fueron realmente perseguidos, según Guerman: Askoldov, Muratova y él.

Askoldov fue destrozado por el antisemitismo dominante. Había llevado a la pantalla héroes positivos judíos.

Los cineastas -proclamaba- ya no filman más, los escritores tampoco:  “es una época dura para la inspiración”  ha declarado Bitov recién en TV.

Los cineastas que salieron al extranjero, como Mikhalkov y Kontchalovski. hacían mejores películas antes.

No le gustaba usar celuloide franchute (embellece todo), solo celuloide ruso.

Hoy se ama de menos en menos el arte y más la plata.

Es más lucrativo hacer hoy un film de aventuras o una serie de tv antes que trabajar para mí, se plagueaba.

“Mi padre almorzó dos veces con Stalin y quedó muy impresionado”.

De niño fue educado con estas cuestiones: “Qué preferís vos, a tu mamá o a Stalin?”.

Resume en una anécdota la historia rusa del siglo xx en manos de los comunistas:

“Un marido vuelve a  casa después de visitar al médico. Está todo entristecido pues trae una infeliz noticia para compartir con su esposa: ‘Eso que nosotros habíamos tomado siempre por orgasmo, de hecho, no era nada más que asma’.

 

fuente: cahiers du cinéma. special urss, suplemento al n° 427, enero 1990

 

 

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