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lunes, mayo 20, 2024

El poder de los centavos

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Los adolescentes de hoy en día, con una pandemia sobre la espalda, están quemados por el reflejo del capital en su última versión: hay que monetizar hasta el aire que se respira… Por: Derian Passaglia

La posmodernidad, durante décadas pasadas del siglo pasado, habilitó una serie de temas inéditos en la historia de la ficción. Por primera vez, los asuntos bursátiles, lo más real y al mismo tiempo invisible del sistema capitalista, formaba parte de tramas y argumentos de novelas y películas. Dinero de Martín Amis, Menos que cero y American Psycho de Bret Easton Ellis ponen en escena al capital.

Se trataba, en aquellos años, de una nueva forma de hacerse rico, impulsada por el neoliberalismo, que provocó nuevas formas de relaciones y el surgimiento de nuevos actores y escenarios. Los millonarios, multimillonarios, camisas y pantalones blancos, barrios privados, lujos, yates, Wall Street, ostentación, una vida plástica signada por el imperio de los mercados, las corbatas y reuniones empresariales, la cama solar, los autos de último modelo y las prostitutas VIP, como Julia Roberts en Pretty Woman.

Cuando se volvía ficción, el modelo de economía privilegiado por el neoliberalismo contaba historias que terminaban en la locura, el suicidio y la muerte. Salvo Pretty Woman, claro, que tiene final feliz aunque irónico. El poder de los centavos vuelve sobre este gran tema de Hollywood, cuya última película buena fue El lobo de Wall Street, que hizo estragos en los adolescentes, quienes soñaron algún día ser como DiCaprio y tomar cocaína desde los cantos rodados de una rubia desnuda, tirar dólares en una fiesta de oficina y enriquecerse sin despeinarse. Los adolescentes de hoy en día, con una pandemia sobre la espalda, están quemados por el reflejo del capital en su última versión: hay que monetizar hasta el aire que se respira. A todo le aplican el Rayo Monetizador.

El poder de los centavos trata de un Youtuber que enseña a sus seguidores cómo hacerse millonario inviertiendo en GameStop, una empresa que vende videojuegos y electrónica online. Los seguidores de este Youtuber empiezan a hacerse ricos de la noche a la mañana, y el caso, extraño, llega a los multimillonarios de Wall Street, que no se quedan de brazos cruzados y arman su contraataque. Si bien, por momentos, la película cae en el terreno discursivo, revitaliza un tema

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