La toma de posesión del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, ha sido envuelta en controversia y tensión, luego de que la Corte Constitucional dictaminara que los diputados de su partido político, Movimiento Semilla, no podrán asumir sus cargos como afiliados al partido, sino como independientes. Esta decisión ha generado incertidumbre sobre la capacidad de Arévalo para ejercer el poder de manera efectiva y ha desencadenado protestas en las calles.
El Congreso de Guatemala ha pospuesto una sesión clave para la toma de juramento de los legisladores recién elegidos, lo que ha agravado la situación. Seguidores de Arévalo se congregaron fuera del recinto legislativo, exigiendo que se reanude la sesión. La policía rodeó el área en respuesta a las crecientes tensiones.
La medida del máximo tribunal debilita significativamente la posición de Arévalo en el Congreso, ya que los diputados declarados «independientes» no pueden formar parte de la junta directiva ni presidir comisiones parlamentarias. Este desarrollo pone en duda la eficacia con la que Arévalo podrá implementar su agenda, centrada en combatir la corrupción arraigada, mejorar la administración pública, luchar contra la delincuencia organizada, generar empleo y enfrentar el cambio climático.
El retraso en la sesión del Congreso ha creado una atmósfera de incertidumbre sobre si la toma de posesión de Arévalo, programada según la constitución para las 16:00 horas, incluso sin un acto protocolario de juramentación, se verá afectada.
Arévalo, de 65 años, había logrado un triunfo considerable en las elecciones de agosto, prometiendo un cambio radical en la administración del país más poblado de Centroamérica. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos debido a las acciones del Ministerio Público y las recientes decisiones judiciales que amenazan con limitar su influencia política.
Las acciones del Ministerio Público, incluyendo intentos de despojar de la inmunidad a Arévalo y su vicepresidenta Karin Herrera, y la suspensión de su partido, han provocado protestas masivas en Guatemala y la atención de la comunidad internacional.
Analistas políticos indican que Arévalo podría enfrentar una continua oposición en el Congreso, lo que dificultaría la gobernabilidad y la implementación de sus promesas de campaña. Esta situación pone a Guatemala al borde de una crisis de gobernabilidad, amenazando la estabilidad y la paz del país.
