El Vaticano lanzó un documento titulado ‘Dignitas infinita’ en el que rechaza categóricamente el cambio de sexo y la teoría de género, considerándolos como graves violaciones de la dignidad humana.
El Vaticano ha hecho pública su postura respecto a lo que considera graves violaciones de la dignidad humana, abordando temáticas como el cambio de sexo, la teoría de género, la maternidad subrogada y los abusos sexuales, entre otros aspectos.
Este pronunciamiento se realizó a través de un documento titulado ‘Dignitas infinita’, elaborado por el dicasterio para la Doctrina de la Fe y presentado por el nuevo prefecto, el argentino Víctor Manuel Fernández.
En este documento, el Vaticano califica como “violaciones graves de la dignidad humana” diversas prácticas contemporáneas, entre las que incluye la teoría de género, que considera extremadamente peligrosa por su intento de eliminar las diferencias sexuales y equiparar a todos los individuos, negando así una diferencia fundamental entre los seres vivos.
Además, critica los cambios de sexo, argumentando que estos pueden atentar contra la dignidad única de la persona, recibida desde el momento de la concepción.
Respecto a la maternidad subrogada, el Vaticano la considera una práctica deplorable que convierte al niño en un mero objeto, afectando gravemente la dignidad de la mujer y del niño, y basándose en la explotación de la situación de necesidad material de la madre.
Asimismo, denuncia las nuevas violencias digitales y los abusos sexuales como graves violaciones de la dignidad humana, señalando que estos fenómenos no solo afectan a la sociedad en general, sino también a la Iglesia, representando un serio obstáculo para su misión.
El documento también aborda otras temáticas, como la desigual distribución de la riqueza, la guerra, la trata de personas, el comercio de órganos, la explotación sexual de niños y niñas, el trabajo esclavo, el tráfico de drogas y armas, el terrorismo y el crimen organizado, entre otros.
En todos estos casos, el Vaticano reafirma la necesidad de defender la dignidad de las personas y condena enérgicamente cualquier forma de violencia o injusticia que atente contra ella.