El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que esperará que finalicen los Juegos Olímpicos de París, para nombrar al nuevo primer ministro, desatando críticas de la izquierda que había propuesto una candidata tras semanas de negociaciones.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha decidido postergar el nombramiento del nuevo primer ministro hasta mediados de agosto, después de la conclusión de los Juegos Olímpicos de París. Esta decisión ha generado indignación en la izquierda, que recientemente había propuesto una candidata para el cargo tras casi tres semanas de negociaciones.
En una entrevista televisada, la primera desde las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y 7 de julio, Macron explicó: «Hasta mediados de agosto nos centraremos en los Juegos y luego nombraré un primer ministro (…) No estamos en la situación de poder cambiar las cosas porque eso crearía un desorden».
La declaración de Macron se produjo una hora después de que el izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) presentara a Lucie Castets, alta funcionaria del Ayuntamiento parisino, como candidata consensuada para dirigir el gobierno. Castets, de 37 años, es también cofundadora de la asociación ‘Nuestros Servicios Públicos’, que aboga por la educación, sanidad y vivienda públicas.
Cuando se le preguntó sobre la idoneidad de Castets, Macron respondió: «La cuestión no es esa». En el régimen presidencialista francés, el presidente tiene la potestad de nombrar al primer ministro, una decisión que tradicionalmente ha reflejado las mayorías en la Asamblea Nacional.
A pesar de la victoria del NFP en las legislativas, Macron argumentó que el triunfo no fue lo suficientemente amplio para dirigir el país de manera estable. Actualmente, la alianza progresista cuenta con unos 200 diputados, superando al grupo macronista (160) y al ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen (140), aunque estas cifras son aproximadas debido a la presencia de diputados independientes con ideologías similares.
Macron enfatizó que la lección de las legislativas es que «nadie puede aplicar su programa», instando a las fuerzas políticas que establecieron un cordón sanitario contra el RN (el NFP, el centro macronista y la derecha conservadora) a trabajar juntos. «La cuestión es qué tipo de mayoría puede haber en la Asamblea para que un gobierno francés pueda aprobar reformas, aprobar presupuestos del Estado y hacer avanzar el país», concluyó Macron.
Esta situación pone de manifiesto los desafíos políticos que enfrenta Francia en un contexto de fragmentación parlamentaria y la necesidad de consenso para garantizar la estabilidad y el progreso del país.
