Cuando se abran las fronteras probablemente se den nuevas olas migratorias masivas, porque millones de personas afectadas por la crisis económica podrían sentirse obligadas a desplazarse en busca de mejores condiciones de vida.
La pandemia -que ya provocó más de 600 mil muertos en todo el mundo- está devastando la economía mundial. La ONU estima que por causa del coronavirus, 45 millones de personas caerán en la pobreza solo en Latinoamérica.
Jagan Chapagain, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), advirtió que esa masa de gente que vio desmejorar notablemente sus condiciones de vida desde que el Covid-19 irrumpió en el mundo podría desplazarse en busca de mejores oportunidades, una vez que las restricciones a la movilidad entre países se levanten, según informó el diario El Comercio.
Actualmente, la mayoría de los gobiernos han impuesto un cierre casi total a sus fronteras, hasta tanto no se controlen los contagios, que no dejan de aumentar día a día en todas partes.
En este sentido, Chapagain instó a las autoridades de todo el planeta a hacer el esfuerzo de ayudar a quienes peor están atravesando la pandemia, y no sólo con argumentos morales sino económicos: las olas de inmigración masiva ya eran un problema para la Unión Europea y Estados Unidos mucho antes de que existiera el nuevo coronavirus. La posibilidad de que enormes cantidades de migrantes quieran ingresar a sus territorios cuando la pandemia termine es una amenaza también a sus economías, porque el costo de ayudar a un potencial migrante es más bajo que albergarlo cuando llega al país de destino.