El lavado de manos con jabón es una de las intervenciones de salud pública más eficaces y baratas del mundo, según la OMS.
“Manos limpias salvan vidas”, con esta consigna, cada 15 de octubre se recuerda el Día Mundial del Lavado de Manos, cuya finalidad es concienciar a la población sobre esta práctica efectiva para mantener la salud y prevenir enfermedades.
El lavado de manos sigue siendo una de las intervenciones más costo-efectiva para prevenir el COVID-19, al igual que cualquier tipo de infección.
Si el lavado de manos con agua y jabón se practica con regularidad en momentos clave, como antes de tocarnos la cara, al llegar a casa, después de ir al baño o antes del contacto con alimentos, puede reducir drásticamente el riesgo de contagio del virus pandémico, diarreas y neumonías, que pueden causar enfermedades graves y hasta la muerte. Lavarse las manos también ayuda a prevenir la propagación de otras infecciones, como la influenza y el ébola.
Es importante recordar que las manos son el vehículo de muchos microorganismos, virus, bacterias y en muchas ocasiones hasta de parásitos, por lo que es fundamental higienizarlas con frecuencia.
En el caso del SARS-COV-2, virus que transmite el COVID-19, puede adherirse a las manos al entrar en contacto con objetos y superficies contaminadas e ingresa al cuerpo al momento de tocarnos la nariz, los ojos o la boca, consideradas puertas de entrada para el virus. De ahí la importancia de lavarse frecuente y correctamente las manos.
“Al realizar el acto mecánico de lavarnos las manos, eliminamos de la superficie de las manos estos microorganismos”, asegura la Dra. Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles.