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viernes, noviembre 22, 2024

La política trending topic

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Para que un país avance necesita de políticos que lideren hacia el futuro, aunque aquello les cueste la reprimenda de los influencers. Se necesita de políticos que rompan con la cultura de puro presente, de los algoritmos, y se conviertan en líderes que construyan una idea de porvenir colectivo, aunque ello no se trate del tema tendencia del día.

 

Por: Héctor Gayoso

 

Likes, retweets, compartir, tendencia: estos son cada vez más los parámetros de la actividad política contemporánea. Paraguay no escapa a un mundo en el que la búsqueda de un horizonte común cede terreno frente a la multiplicación de segmentos y públicos específicos.

En este contexto hay que analizar a los que hacen hoy política en Paraguay enarbolando el cambio, o algún otro eslogan similar con el que todos concuerdan pero nadie conoce su alcance. Estas figuras lejos de devolver vitalidad a la política profundizan su crisis.

No les interesa plantear proyectos políticos concretos, proponer reformas, discutir sus posibilidades de implementación. Asocian todos los problemas del país a la burocracia estatal y hacen de la denuncia el único modo de intervención pública.

Se los podría llamar “políticos trending topic”, ya que esa es la forma en que se llama a los temas de tendencia en Twitter, que sirve para ubicar las palabras más utilizadas en la red social.

Estos políticos trending topic no solo carecen de un proyecto político coherente, sino que no tienen convicciones mínimas. Todo puede, de un momento a otro, ser la bandera de lucha más importante, desde el último hecho de corrupción hasta la necesidad de sentar posición sobre los últimos acontecimientos de la política norteamericana.

Nunca esbozan una idea o una propuesta que pueda ser incómoda para la burbuja internauta, de hecho, esos temas son evadidos por los políticos objeto de esta descripción. En su abanico de temas no se encuentran, por ejemplo, el debate sobre el sostenimiento futuro de la feroz estructura de salud montada para la contención de la pandemia o aquel sobre la sustentabilidad de la deuda contraída para evitar un colapso social en estos meses.

Nada de eso, en su lugar nos ofrecen polémicas sobre termos que un ministro regaló a sus colaboradores o un acuerdo que jamás existió pero que moviliza a los medianamente escolarizados que habitan en Twitter para demostrar su cuota de patriotismo. Días enteros denunciando en redes sociales, para luego ser entrevistados por medios de prensa que dedican días de programación y ríos de tinta para complacer las indignaciones nimias sobre hechos absolutamente irrelevantes para el futuro de este país.

Nuestros políticos trending topic terminaron convirtiéndose en sujetos similares al Facebook o alguna otra red social. Te ofrecen más de lo que ya estabas buscando, ninguna novedad. Algunas veces pareciera ser que estas páginas hasta “escuchan” lo que decimos (si es que no lo hacen) y nos ofrecen entre las historias que vemos solo temas de nuestra complacencia.

Se perdió la idea de futuro, porque los discursos solo se hacen tratando de dar comida al hambriento apetito tuitero que se renueva día a día. Es como imaginar que Churchill hubiera entrado a leer las tendencias de Twitter para saber si doblegarse ante la Alemania nazi. Tal vez escuchando a un pequeño porcentaje de la sociedad lo hacía, siguiendo lo trendy, pero es allí donde los políticos que pasan a la historia hacen valer lo que son: saben discernir entre la paja y el trigo.

Para que un país avance necesita de políticos que lideren hacia el futuro, aunque aquello les cueste la reprimenda de los influencers (ellos mismos influenciados no se sabe por quién). Se necesita de políticos que rompan con la cultura de puro presente, de los algoritmos, y se conviertan en líderes que construyan una idea de porvenir colectivo, aunque ello no se trate del tema tendencia del día e incluso pueda estar en contra de ese sector de la sociedad que revolotea por las redes sociales.

Hoy, los llamados “nuevos políticos” suelen tener la simpatía de los medios de comunicación porque a su vez estos le hacen generar visitas en sus sitios web o aumentan el número de interacciones con sus posteos. En este sentido, es probable que en las próximas elecciones nos enteremos de qué rédito político puede sacarse de este tipo de intervenciones en redes. Probablemente mucho, sobre todo teniendo en cuenta que las interacciones virtuales impactan luego en diarios, programas de TV y de radio.

Los políticos trending topic son como los bufones de antigüedad, que tienen un público a quien complacer, sin importar lo que ocurra por fuera de los palacios (redes sociales en este caso), algunas veces, o casi siempre, alejados de la realidad que vive la mayor parte de la ciudadanía. Este es el mayor peligro de despolitizar el debate público, centrándolo en casos anecdóticos de corrupción o en los “temas del día” y alejándolo cada vez más de lo estructural.

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