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viernes, noviembre 22, 2024

Desafíos del Partido Colorado para el 2023

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Si la ANR pretende seguir en el poder en el 2023, debe hacer frente a algunos desafíos en los próximos meses.

 

Por: Héctor Gayoso.

 

Hay una verdad irrefutable: la pandemia no tuvo compasión con ningún gobierno alrededor del mundo. En mayor o menor medida, la llegada del Covid-19 impactó en la gestión de todos los mandatarios del planeta.

El virus desnudó falencias históricas en materia de sanidad pública en algunos países y, en otros que ya tenían un sistema sanitario de primer nivel, la pandemia hizo colapsar hospitales, con saldos trágicos para millones de familias.

En este contexto, el oficialismo paraguayo, si es que existe un proyecto real de continuidad, debe comenzar a defender sus logros con más fortaleza, mucho más teniendo en cuenta que, a pesar de haber sufrido los embates propios de una pandemia, el Paraguay se encuentra nuevamente de pie, mientras que muchos países vecinos y de la región están aún asimilando el golpe desde la lona.

Sin los recursos de países con mejor posición económica, en el Paraguay se triplicaron las camas de terapia intensiva, y no se instalaron más solo porque ya no existen recursos humanos que puedan atenderlas. Esa es una evidencia por encima de cualquier vaguedad subjetiva, así como la construcción de 17 nuevos pabellones de contingencia para la atención de pacientes Covid, como la contratación de más de 12.000 funcionarios de blanco, entre otros hechos inéditos de ampliación de la cobertura pública.

El legado que va dejar este Gobierno es un sistema de salud fortalecido, que debe ser defendido en el futuro como una bandera nacional. Es urgente que los precandidatos a presidente de todos los partidos sienten posición sobre esta realidad, que debatan cuáles serán sus políticas respecto al salto en infraestructura y RRHH que deja esta administración.

La labor de defensa de las conquistas del Gobierno debe ser una tarea no solo del oficialismo, sino de toda la ANR, porque finalmente a la hora de la verdad, en el 2023 la consigna que pondrá en juego la oposición será #ANRnuncaMás, sin importar si el candidato es Hugo Velázquez, Santiago Peña o cualquier otro. Que cierto sector del Partido Colorado reniegue y le baje el precio a la gestión actual es equiparable a escupir al cielo y levantar la vista a ver lo que sucede.

¿Cuántos referentes partidarios del peso salieron a defender con uñas y dientes al programa Pytyvo, por ejemplo? Esa política pública fue incluso ejemplo para otros países del mundo porque, al contrario de lo que muchos esperaban, se eliminó al intermediario político o clientelar en la transferencia directa de recursos al ciudadano común.

Mientras que algunos esperaban que los caudillos políticos o presidentes de seccionales fueran quienes repartan los recursos, este Gobierno optó por transferir fondos directamente a los paraguayos y paraguayas en situación de vulnerabilidad. Fueron 1.500.000 paraguayos los que recibieron de manera directa ayuda económica.

En el plano macroeconómico, Paraguay es considerado casi un milagro. Casi nula caída durante el 2020 y con un pronóstico de importante crecimiento para el 2021. El repunte ya se refleja en diferentes indicadores, y no es solamente un efecto rebote, como sí ocurre en otros países donde hubo una estrepitosa caída de la actividad.

Organismos multilaterales, prensa internacional, calificadoras de riesgo, entre otros, ponderan las medidas tomadas en el Paraguay para que la economía tenga la fuerza que presenta ahora. Estos logros deben ser explicados a la población con humildad, paciencia y convicción, son hechos que descansan en datos y nada tienen que ver con la simple propaganda.

Disminución de la pobreza extrema en plena pandemia, aumento de la inversión extranjera, óptimo clima de negocios según la fundación Getulio Vargas, país con menor aumento del desempleo y otros indicadores deberían ser defendidos de manera más frecuente por los principales actores del Gobierno y sus aliados.

Nuestro país no solo cosechó éxitos macroeconómicos, no solo batió récords inéditos en obras públicas: el gobierno también se hizo presente en el día a día del pueblo paraguayo. Durante largos meses de pandemia, más de 1.200.000 paraguayos no pagaron por su consumo de energía eléctrica, cerca de 200.000 trabajadores suspendidos recibieron un subsidio económico y, así como estas medidas, hay varias otras que deben ser destacadas cuando los predicadores de la catástrofe y el desánimo hagan de las suyas.

Los referentes del oficialismo que buscan alguna proyección política deberían partir de algo básico como la realidad del presente, abandonar el silencio y defender con fuerza cada uno de estos logros que no son de un partido, ni de una persona, sino del pueblo paraguayo.

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