En el Bañado Sur de Asunción, el cardenal de la Iglesia Católica, Adalberto Martínez, brindó una misa donde hizo un llamado a solidarizarse con humildes y excluidos. “Es urgente y necesario resolver las causas estructurales de la pobreza”, agregó.
Este domingo, el cardenal Adalberto Martínez ofició su primera misa en la Parroquia San Felipe, Santiago y San Miguel del Bañado Sur de la ciudad de Asunción.
En la ocasión el representante de la Iglesia Católica hizo un llamado a la ciudadanía y autoridades a solidarizarse con los más humildes y excluídos, además de impulsar políticas públicas ya que son necesarias resolver las causas estructurales de la pobreza en el país.
La llamada «Misa de Acogida» comenzó puntualmente a las 10:00 con la presencia de cientos de ciudadanos que se hicieron presente para escuchar el mensaje del recientemente investido cardenal paraguayo.
En la ocasión, Martínez refirió que la ciudadanía y autoridades deben de preocuparse por el desarrollo humano integral de los pobres y excluidos, dejando de lado la indiferencia frente a determinados dramas que viven muchas familias de Paraguay.
Dijo que «los pobres deben ser estimados de alto valor, y que esto diferencia la auténtica opción por los pobres de cualquier ideología, de cualquier intento de querer utilizarlos al servicio de intereses personales o políticos», manifestó en su primera misa como cardenal del país.
Reiteró que «todos y cada uno puede y debe preocuparse por los pobres y por la justicia social, la conversión espiritual, la intensidad del amor a Dios y al prójimo, el celo por la justicia y la paz, el sentido angélico de los pobres y de la pobreza son requeridos a todos», sostuvo.
Indicó que «la solidaridad debe estar presente en todo momento y que debe ser pensado en comunidad y teniendo como prioridad la vida de todos sobre la protección de los bienes de parte de algunos».
Instó a los presentes a renovar su compromiso de amor y fe en Dios. «Sabemos que hay mucho que luchar. La inequidad fruto del egoísmo es la raíz de muchos males y nos aleja del amor de Dios, de la paternidad de Dios».
Agregó que es «urgente y necesario resolver las causas estructurales de la pobreza. Los planes asistenciales que tienen ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras, necesarias pero pasajeras».
Manifestó que «se debe apostar a una sociedad más justa y equitativa donde impere el bien común, es tarea de la política y de los políticos», refirió en su estreno litúrgico de la jornada.
En ese sentido exhortó a los laicos católicos, a las personas que ocupan cargos de responsabilidad en las instituciones públicas y privadas, «que les duela de verdad la sociedad, el pueblo y la vida de los pobres y que trabajen decididamente por el bien común y por la promoción humana integral de todos los que habitan el suelo patrio».
Martínez dijo que el mensaje del evangelio es claro y que los que no renuncian a sus bienes o intereses mezquinos y los que no se despojan de su egoísmo y soberbia no son cristianos, no es un seguidor de Cristo y el seguimiento a Cristo no acepta la tibieza o ambigüedad.
«Eso significa dejarlo todo y amarlo incondicionalmente, así como mucho de ustedes lo hacen y se ayudan. Los pobres nos facilitan el acceso al cielo, por eso el sentido de la fe del pueblo del Dios, los ha visto como los porteros de Dios y los tesoros de la Iglesia», concluyó.