Durante la Asamblea de la OEA, la delegación paraguaya defendió en todo momento la posición de defensa a la vida y a la familia, oponiéndose a la inclusión de términos y expresiones que atenten contra el ordenamiento jurídico interno.
En el marco de la 52ª Asamblea General la Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrada en Lima, Perú, del 5 al 7 de octubre del presente año, la delegación paraguaya que estuvo encabezada por el canciller nacional, embajador Julio César Arriola, defendió en todo momento la posición de defensa a la vida y a la familia, oponiéndose a la inclusión de términos y expresiones que atenten contra el ordenamiento jurídico interno, consiguiendo disminuirlas al mínimo.
El encargado de negocios a.i. de la Misión Permanente ante la OEA, ministro Raúl Martínez, en las reuniones de la Comisión General de la Asamblea, especialmente en lo referente a la Resolución sobre Promoción y Protección de los Derechos Humanos y otras declaraciones especiales, dejó expresa constancia en “notas al pie”, en aquellos puntos en donde no existió consenso, de las reservas que la delegación nacional mantenía sobre los mismos.
Manifestó que todo lo consignado en los documentos será interpretado de conformidad con su legislación y que no apoya referencias que colisionan con su normativa.
Por su parte, la directora general de Política Multilateral, embajadora Helena Felip, en su intervención en el plenario de la LII Asamblea General de la OEA, del día 7 de octubre, tuvo por objeto dejar constancia de la posición de nuestro país con relación a ciertas terminologías plasmadas en los textos emitidos por la Asamblea.
“El Gobierno de la República del Paraguay, en cumplimiento a los principios establecidos por su Constitucional Nacional, considera a la familia como el pilar fundamental de la sociedad y el derecho a la vida como inherente a la persona humana desde su concepción, tal cual se consagra en el artículo 4, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, sostuvo la embajadora Felip.
Añadió que, asimismo, se reconoce la igualdad de derechos y obligaciones de todos los habitantes de la República sin distinción y discriminación alguna. “Por tanto, la defensa de estos preceptos en los foros internacionales constituye un mandato irrenunciable”, remarcó.
“El Paraguay desea dejar constancia, una vez más que, si bien entiende que otras delegaciones mantienen posiciones diferentes sobre los mencionados principios, no existe un consenso sobre ciertos términos y expresiones, que se pretenden convalidar. En tal sentido, sobre la base del respeto a las diferentes opiniones y realidades existentes entre los Estados Miembros de la OEA, hemos apostado con espíritu flexible y constructivo a la búsqueda de instrumentos que reflejen la pluralidad de visiones de los Estados miembros, mediante textos que salvaguardan el respeto a sus diversos ordenamientos, intereses y realidades, observando la protección a todos los grupos en situación de vulnerabilidad, sin excepción o categorización de ningún tipo”, subrayó en otro momento la embajadora Felip.
