Paranaländer extiende su ansia expansionista del guaraní apropiándose esta vez del poeta persa de vanguardia Ahmad Shamlu (1925-2000), uno de los fundadores de la Nueva Ola Iraní.
Ahmad Shamlu nació (1925) y murió en Teherán (2000). Fue un poeta de vanguardia que nunca cesó en su búsqueda de nuevas formas de dar sentido poético a la vida, tanto a la suya como a la de sus semejantes, y uno de los fundadores de la Nueva Ola iraní (junto a Sadiq Hidayat, Nima Youshij, Ismail Khoi, Menhdi Akhavan-Sales). En los años 70, de visita por Estados Unidos, decía que preferiría ser recordado y juzgado como el poeta de colecciones como «Ai’da en el espejo», «Floreciendo en la niebla», «Fénix bajo la lluvia», «Elegías de la tierra» y «Abraham en el fuego» que como autor de poemas anteriores y mucho más famosos, en particular «Las hadas» y «Poesía que es Vida”. También declaraba la fuente de su poesía. “Creo que mi poesía se origina en mi anhelo reprimido por la música, de la misma manera que los patrones de baile de las alfombras persas tienen su origen en un deseo nacional por la danza y la música que el Islam había suprimido”. Advertía contra aquellos que en vano pretendían ordenar sistemáticamente un mundo innatamente desordenado, y pensaba que fulminarlo es la obra específica de la poesía. Gustaba de convertir a la escritura en el negocio ilegal de lo irreal (el lenguaje de la anti universalidad).
A continuación van los poemas traducidos al guarani (uno) y en español (el resto, unos 7 fragmentos).
Aquí no hay puerta,
ni camino,
ni noche,
ni luna,
ni día ni sol,
Estamos parados fuera del tiempo
con un cuchillo amargo en nuestro costado
nadie habla con nadie
Porque el silencio habla en mil lenguas.
Ko’ápe ndaipóri okë
ha tape
ha pyhare
ha yacy
ha ára ha kuarahy avei
Ñaime ñañembo’y araokápe
petei kyse asyete ñande yképe
avave noñe’ëi avavendi
kirirï oñe’ëgui hetaiterei ñe’e
Nací sin raíces, sobre tierra salada, en un desierto más lejano que los recuerdos polvorientos de la última hilera de palmeras, a la orilla del último río seco.
Sin embargo, no fue ni Dios ni Satanás
sino mas bien fue un idolo el que compuso tu destino
un ídolo a quien otros adoraban
un ídolo a quien los demás adoraban.
Ya no anhelo un viaje
Ya no me atrae el aire de un viaje
El tren que pasa en medio de cada noche
gimiendo por mi pueblo
ya no constriñe mi cielo.
Y el camino que se extiende más allá de los lomos del puente
ya no transporta mis deseos hacia otros horizontes
El tema del poeta clásico
no era el de la vida.
En los cielos secos de su imaginación,
conversaría solo con su vino y amante
atado a sus fantasías día y noche
En otras palabras, la existencia del poeta no tuvo impacto
Su ser o no ser no hizo ninguna diferencia
Su poesía no podía justificar la construcción de una horca.
Si hubiera confiado en la veracidad de mi vista,
hubiera reconocido hace mucho tiempo
que la imagen reflejada en la translucidez del cielo
no es más que mi propia imagen remota
A tus hombres prefiero asesinos
A tus mujeres prefiero prostitutas
En la estela de un Dios que abriría las puertas del cielo a los de tu especie,
Sería más feliz con la condenación eterna.
Las versiones al inglés de los poemas de Shamlu, a partir de las cuales hicimos nuestras versiones jopara y en español, son de Jason Bahbak Mohaghegh (Assistant Professor of Comparative Literature at Babson College, USA. Es autor de The Chaotic Imagination: New Literature and Philosophy of the Middle East (2010) y Inflictions: The Writing of Violence in the Middle East (2012)) y de J. Mohaghegh.