Paranaländer plagia juguetonamente unos (11) mandamientos para el cine elaborados por el filmmaker Sturges aplicándolos al arduo oficio de la escritura literaria.
Leyendo “Mi Diccionario del cine» (2006) del director español premio Oscar 1993 (por “Belle Époque”), Fernando Trueba, descubro que menciona un llamativo “Los Once mandamientos” (para hacer cine) de Preston Sturges (resumidos por Billy Wilder en “no aburrirás”.).
Se los transcribo sin pudor:
- Una chica guapa es mejor que una fea.
- Una pierna es mejor que un brazo.
- Un dormitorio es mejor que un salón.
- Una llegada es mejor que una salida.
- Un nacimiento es mejor que una muerte.
- Una persecución es mejor que una charla.
- Un perro es mejor que un paisaje.
- Un gatito es mejor que un perro.
- Un bebé es mejor que un gatito.
- Un beso es mejor que un bebé y
- Una caída es lo mejor de todo.
A partir de esto se me ocurrió divagar cómo serían mis mandamientos para el rubro escritura.
Adelanto que estoy improvisando desfachatadamente.
Ahí vamos:
1.Escribir no necesariamente todos los días o a toda hora o siguiendo un plan concreto, ya sea cosas aburridas como un poema épico, una novela de formación, un diario íntimo, un haiku, sentencias, diálogos filosóficos, etc., pero bueno escribir.
- No pensar en nadie, suponiendo que se pueda suponer o concebir algo así llamado nadie, es decir, un lector futuro sin cara definida, con características no bien determinadas, salvo que no deba ser analfabeto.
- Un método infalible contra la página en blanco es tener un tema único al cual agarrarse cuando las papas queman o se han desvanecido: la mujer o el amor.
- Si falla esto, a una zona del amor (celos o desvanecimiento) o de la femme (boca, ojos, muslos, etc.)
- Si también no cuaja lo anterior, un tema manoseado nunca viene mal, vg., la nación, la naturaleza, etc.
- Si seguimos dubitativos, el propio tema puede servir de tema de inicio, el poema sobre el poema, la filosofía sobre la filosofía, etc.
- O su opuesto, el silencio del poema, la imposibilidad de la filosofía o el conocimiento filosófico, etc.
- Viajar o hacer cosas en la casa y describir tales faenas como cocinar, construir un puzzle, enumerar las respiraciones del yogui caseo, etc
- Copiar largos fragmentos escritos por otros y cambiar algunas letras o trastocar juguetonamente sus fonemas, para darse ánimos, nada más.
- Usar textos de ámbitos alejados rotundamente de la poesía o la escritura creativa como las matemáticas, la nanotecnología, la embriología, etc.
- Intentar listas o mandamientos, como éste de aquí ahora mismo o los de Sturges.