La policía de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de la gobernadora María Eugenia Vidal (del partido macrista «Cambiemos») asesinó en un caso de «gatillo fácil» a 3 adolescentes y un joven que paseaban inocentemente en auto, la madrugada del 20 de mayo pasado. Se cree que los policías los atacaron sin motivo, amparados en la doctrina «Chocobar» fomentada desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, la cual habilita a los policías a disparar sin justificación.
Las víctimas iban en un pequeño Fiat 157 por la localidad de San Miguel del Monte, de la Provincia de Buenos Aires cuando, por motivos que aún se desconocen, un patrullero comenzó a seguirlos y dispararles, hecho que terminó con el vehículo chocando contra un camión.
Tres de los adolescentes y el conductor (mayor de edad) murieron y la pasajera restante está en grave estado. Las victimas son Gonzalo Domínguez (14 años), Camila López (13 años), Danilo Sansone (13 años) y Aníbal Suárez (22 años), quien estaba al volante. La única sobreviviente es Rocío Guagliarello, de 13 años, quien por suerte sigue con vida pero internada en grave estado.
El hecho conmocionó a la sociedad de San Miguel del Monte y al resto del país. Se trataba de 4 jóvenes -3 de ellos todavía niños- estudiantes, llenos de amigos y con fuertes vínculos familiares, a los que nadie podría imputarles ningún hecho delictivo o actividad violenta que pudiera, de alguna manera, justificar el accionar policial.
Cómo fueron los hechos
Supuestamente, según el relato de los policías involucrados, el auto Fiat circulaba de manera sospechosa, por lo que decidieron seguirlos y les gritaron que se detengan, pero los jóvenes no lo hicieron y luego chocaron.
En contra de esta versión, las imágenes previas al hecho dejan ver que los chicos se ríen y pasan el rato de manera totalmente normal.
Asimismo, cámaras de seguridad callejeras muestran la persecución, y allí se ve que un policía tiene medio cuerpo afuera, en una típica posición de disparo. Respecto a esto, el efectivo en cuestión aseguró que “estaba alumbrando con una linterna”.
No obstante, el ministro de seguridad provincial, Cristian Ritondo, admitió que se encontraron vainas de proyectiles en la zona y que Asuntos Internos está investigando. También se encontraron proyectiles en el cuerpo de las víctimas. Es innegable que hubo disparos y todo indica que las balas se corresponden con las que utilizan la policía de la provincia de Buenos Aires.
Lo que en realidad habría pasado es que -víctima de constantes aprietes policiales para obtener «coimas» – el conductor del vehículo intentó evadir a la policía cuando vio que lo seguían. Luego, cuando los uniformados comenzaron a disparar sin motivo alguno, seguramente los chicos se asustaron y aceleraron desesperadamente para huir de la balacera, lo que terminó en un choque contra un camión.
Los familiares de los niños denuncian que la policía intentó cubrir el hecho, cuando se dieron cuenta de que habían asesinado a cuatro jóvenes personas, totalmente inocentes. Dicen que se llevaron los cuerpos y el auto, para borrar pruebas. Además, afirman que sufrieron maltratos por parte de las autoridades: al momento de ir a reconocer los cuerpos, les recriminaron no haber cuidado bien de sus hijos y ser “malos padres”.
Tras movilizaciones populares, 7 policías quedaron detenidos. Las autoridades provinciales prometieron que van a hacer justicia.
Lo cierto es que en la Argentina rige la llamada “doctrina Chocobar” , apodada así luego de que la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich (ex guerrillera montonera), diera su total apoyo a un policía de apellido Chocobar que asesinó a un delincuente por la espalda, mientras éste huía y no representaba ningún peligro para terceros.
A partir del polémico caso, la Ministra y el Presidente Macri promueven una política de seguridad que ampara a los uniformados en cualquier caso en los que se ponga en duda su accionar. Por este motivo, desde 2015 se vive en la Argentina una escalada de violencia institucional que tuvo un trágico capítulo con la muerte de estos pequeños.
Foto de portada: Crónica
