El pasado 19 de octubre, la industria automotriz global recibió un golpe significativo tras el anuncio de China sobre la revisión de sus políticas de exportación de grafito, un mineral crucial para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos.
Según Philippe Escande, editorialista económico de Le Monde, la gravedad de este anuncio radica en el hecho de que China ostenta un monopolio en la producción de grafito, controlando el 60% del mercado mundial del mineral en su forma natural y un asombroso 90% de su versión sintética, muy demandada por las empresas.
Si bien desde Beijing se intentó restarle importancia al anuncio, afirmando que las restricciones se centrarían únicamente en usos militares y que seguirían vendiendo su producción a nivel global, el mensaje subyacente fue evidente para el resto del mundo.
Este nuevo paso por parte de China se ve en el marco de las políticas restrictivas de exportación de chips electrónicos hacia el gigante asiático por parte de Estados Unidos y sus aliados. En respuesta, China ha venido construyendo una red de control sobre recursos esenciales que le permiten tener una influencia considerable en el suministro global. En agosto, ya había aplicado restricciones temporales a las exportaciones de gallium y germanium, metales escasos esenciales para la electrónica.
El temor en torno al grafito no es algo nuevo. Ya en mayo, Elon Musk, líder de Tesla, había mostrado su preocupación ante una posible escasez, llevándolo a firmar un acuerdo con el grupo australiano Syrah Resources para garantizar la producción en Louisiana.
Si bien el grafito se encuentra en diversos lugares del mundo, reabrir minas puede ser un proceso lento y complejo, especialmente en occidente. A pesar de que el grafito sintético es más costoso, ofrece un rendimiento superior, y el conocimiento para su producción se encuentra mayormente en China.
Philippe Escande enfatiza que, para alcanzar una verdadera autonomía en la producción de baterías, no es suficiente con solo incrementar las fábricas de ensamblaje. Es imperativo apoyar el desarrollo de una cadena de suministro diversificada, desde la extracción minera. Un desafío que todavía presenta obstáculos significativos.