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jueves, mayo 2, 2024

Los chimpancés salvajes también experimentan la menopausia

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En un reciente artículo del reconocido periódico francés «Le Monde», escrito por el periodista de ciencias Nathaniel Herzberg, se destaca un descubrimiento relevante en el mundo de los primates.

Por primera vez, se ha documentado que las hembras de chimpancés salvajes experimentan la menopausia. Este hallazgo, publicado el 27 de octubre en la revista «Science», proviene de un estudio llevado a cabo en la comunidad de Ngogo, en Uganda, donde se observó que las hembras chimpancés viven hasta diez años después de su periodo de fertilidad.

El estudio, dirigido por Kevin Langergraber de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), se basa en datos recolectados durante 21 años sobre una comunidad de más de 200 chimpancés en el Parque Nacional de Kibale, Uganda. Los resultados muestran que, en promedio, las hembras pasan aproximadamente el 20% de su vida adulta en un estado «post-reproductivo».

Este fenómeno es raro en la vida salvaje, ya que la mayoría de los vertebrados no viven más allá de su período de reproducción, con algunas excepciones notables como ciertas especies de ballenas y los humanos. En el caso de los humanos, hay dos teorías principales que intentan explicar la menopausia: la «hipótesis de la abuela», que sugiere que las mujeres menopáusicas ayudan a sus hijas en el cuidado materno, y la teoría de la competencia, que considera que la menopausia evita conflictos generacionales por recursos.

En cuanto a los chimpancés, los datos muestran que las hembras comienzan a tener crías a partir de los 13 o 14 años, con un pico reproductivo entre los 15 y 19 años, y una notable disminución en la fertilidad a partir de los 30 años. A los 50 años, raramente sobreviven en estado salvaje, pero en el grupo de Ngogo, 16 hembras superaron esta edad.

Se presentan dos teorías para explicar estos resultados. La primera sugiere que, debido a la ausencia de depredadores, la población de chimpancés en Kibale ha evolucionado bajo condiciones favorables. La segunda teoría propone que estos cambios evolutivos en los chimpancés son más antiguos y generalizados, pero han sido ocultados por la intervención humana en el hábitat de estos primates durante más de un siglo.

Finalmente, aunque en la cultura de los chimpancés las hembras jóvenes suelen dejar su grupo y unirse a grupos vecinos para reproducirse, no hay evidencia de madres ayudando a sus hijos adultos. Por lo tanto, los investigadores descartan la «hipótesis de la abuela» y favorecen la teoría de la competencia.

El artículo termina con una reflexión de Evelyne Heyer, profesora de antropología genética, quien elogia el estudio pero cuestiona algunas de sus conclusiones. En respuesta, Langergraber y su equipo están trabajando para usar datos genéticos más detallados y explorar la hipótesis del conflicto intergeneracional.

Fuente: Le Monde

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