El conocido narcotraficante, Sebastián Marset, fue tajante al afirmar que no hay posibilidad de que se entregue ante la justicia e ironizó sobre las autoridades paraguayas, afirmando que la próxima pedirá permiso para que vuelen sus helicópteros.
En una entrevista transmitida por el programa Santo y Seña del canal 4 de Uruguay, el supuesto narcotraficante Sebastián Marset dejó claro su posicionamiento ante la justicia, desestimando cualquier posibilidad de entregarse voluntariamente y asegurando que no se siente acorralado, afirmando que tal decisión no está sujeta a negociación.
Marset, conocido en el ámbito internacional, señaló con firmeza que no tiene intención de someterse a la justicia de Paraguay por su propia voluntad, catalogando las políticas de Uruguay, Paraguay y Bolivia como injustas en su contra.
Declaró categóricamente: “No me entregaré nunca y no me siento acorralado. No está en negociación”. Además, anticipó que el próximo año se conocerá si es un “ángel o demonio”.
En una acusación directa, Marset aseguró que los gobiernos de la región están conspirando en su contra, denunciando un complot y afirmando que la mafia política es extremadamente traicionera.
El operativo A Ultranza PY, que desarticuló una megaorganización de tráfico internacional de drogas y lavado de activos, fue calificado por Marset como una “payasada”, desestimando sus vínculos con el mismo y burlándose abiertamente de las autoridades paraguayas.
De manera sarcástica, mencionó que no solicitó permiso para utilizar “sus helicópteros” en el supuesto traslado de la periodista uruguaya Patricia Martín para la entrevista, demostrando un tono desafiante hacia las autoridades.
Las revelaciones durante la entrevista incluyeron la supuesta negociación entre el abogado de Marset y el agente fiscal uruguayo Diego Pérez, aunque el fiscal general de Uruguay, Juan Gómez, negó cualquier negociación con narcotraficantes.
En otro punto de la entrevista, Marset se desligó de casos criminales ocurridos en Uruguay, como el homicidio de un amigo de la infancia, Alfredo Roldán, y otros eventos en los que se le vincula, enfatizando que su negocio no está relacionado con asesinatos o ataques violentos.
“No me meto con periodistas ni fiscales. Y cada uno tiene su trabajo… Mi negocio no viene de la mano de matar o poner bombas. No tiene por qué ser así”, señaló.
La entrevista de Marset ha generado un revuelo en la región, desatando debates sobre su situación legal y la veracidad de sus declaraciones, mientras las autoridades de los países involucrados continúan sus investigaciones en torno a sus actividades y presuntos vínculos criminales.
