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sábado, mayo 4, 2024

Clientelismo 2.0: en Francia crean una aplicación para contratar manifestantes

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Ahora será posible tercerizar la participación política: una app permite la contratación de un manifestante a disposición de quien pueda pagarlo.

Según una publicación del diario francés Le Parisien, el emprendedor Grégoire Laugier creó una novedosa aplicación. La app funciona como un intermediario entre dos personas, una a la que le gustaría asistir a una manifestación política pero que por algún motivo no puede, y la otra que está disponible para asistir en su lugar, a cambio de dinero.

De esta manera, surge un nuevo servicio de grandes potencialidades en el marco de la denominada «economía colaborativa». Al igual que otras plataformas de intermediación, para diferentes servicios, como por ejemplo Uber, Airbnb, Ubereats, Mouver, etc., también ahora será posible tercerizar la manifestación política.

La aplicación recientemente creada en Francia incluye la posibilidad de customizar al representante, es decir vestirlo de acuerdo a la causa que uno quiere defender, haciéndole llevar mensajes, pancartas, bombos y/o platillos. El servicio se cobra por hora.

Este polémico emprendimiento tendrá sin dudas consecuencias sociales y políticas, sobre todo en los modos de ejercer el derecho de protesta.

El invento cobra fuerza por diferentes razones: por un lado existe una enorme masa disponible de trabajadores precarizados, muchas veces sin documentación, que serán absorbidos por este servicio.

Por otro lado, las personas con altos ingresos y conciencia política ya no tendrán que molestarse en ir a las calles para expresarse, puesto que podrán hacerlo por medio del cuerpo de gente necesitada.

Otro punto, la aplicación podría servir a grupos políticos para amplificar sus movilizaciones, simplificando y modernizando la compra de voluntades.

Esto ya genera preocupación en Europa por la posibilidad de que sea utilizado por grupos de extrema derecha para propagar con más fuerza el odio, la xenofobia y la intolerancia.

De llegar este tipo de aplicaciones a América Latina, y en especial a nuestro país, se daría un paso gigantesco en la modernización del clientelismo político.

Por otra parte, esta noticia también demuestra que el fenómeno del clientelismo político no es monopolio de los países subdesarollados, puesto que desde la cuna de la república moderna nos llegan sus expresiones más distópicas y perversas.

*Foto de portada: Le Parisien.

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