Paranaländer analiza y recomienda el libro de Osvaldo Gómez Lezcano, Una hermenéutica de la cultura paraguaya desde «Taú y Keraná».
Por: Paranaländer
El texto mítico (Mombeu gua ‘u es mito en guaraní) que es interpretado, según el autor, es una metáfora viva del paraguayo. No pretender poner Ñande ypy kuéra a la altura de la biblia sino sacarlo de su marginalidad y exponerlo a los modernos estudios hermenéuticos es el objetivo del libro.
Empieza desbrozando el camino para su incursión filosófica, desmontando la critica de ciertos autores a Rosicrán, entre ellos Bareiro Saguier, Meliá, Vysokolán, Chase Sardi. Particularmente bruto es el primero, con la tremebunda acusación inquisitorial de la gua’u “visión alienada” de Rosicrán. Gómez explica muy claramente que este tipo de criticas ñembo autorizadas y draconianas con su sutura dictatorial de la interpretación, desplegando apenas palabras fetiches como alienado, no favorecen a la revelación de los contenidos que una y otra vez retornan como los monstruos de Rosicrán en la historia parawayensis. Mauricio Cardozo Ocampo, otro que pretende bajar la caña a Rosicrán, es desenmascarado como “lugarteniente de la tradición oral” con una advertencia en su Mundo folklórico paraguayo (tomo 2). Llama poeta maldito al poeta, y a su obra ¡ciencia ficción!
Es imposible seguir aquí en detalle esta tesis de licenciatura filosófica de más de 300 páginas, o intentar, cual Mallarmé avá, resumir 300 paginas en 3 párrafos, apenas resaltar dos o tres puntos llamativos.
Hay una bibliografía paraguaya enciclopédica, por la cual cada lector puede abrirse camino eligiendo ya una obra o autor consultados (Me enteré de la existencia de Una historia de los pobres del Paraguay (1972) de Durán y de Para una historia de la mujer paraguaya (1975) de Meliá). Cuando recalamos en Freud e incluso en Lacan, vemos que este trabajo tiene cierto parentesco con la investigación pionera de Nasim Yampey de fines de los años 60: acercar mitos populares y psicoanálisis, hermenéutica muy afín a la obra filosófica de Ricoeur.
Hugo Rodríguez Alcalá no menciona a Rosicrán, Juan Manuel Marcos tampoco, Torga da el dato que, el 15 de setiembre de 1920, Eloy Fariña Núñez le escribe desde Buenos Aires a Rosicrán: “Ya que usted domina el guaraní moderno, ¡por qué no intenta un canto épico, el poema de la raza?”
Para Gómez, Rosicrán es el primer etnógrafo de la cultura paraguaya en estado de interferencia entre la tradición oral y escrita. Su mérito, reconocer la escritura como el nuevo soporte de transmisión de la relegada cultura guaraní, entonces, en franca confusión con la cultura paraguaya.
Hay tantos temas, por ejemplo, la mujer paraguaya, como madre soltera, tembirekó tapykué, che guataha, che serviha, kuñá okára…
Con la simbólica del mal aún poder abordar la tan cacareada visión alienada de nuestro “poema de la raza”. El ropaje gnóstico-alegórico en Taú y Keraná desmembrar, sopesar sus parejas primordiales, su parodia de la biblia, etc. ¿Los 7 mitos son los monstruos que no osamos nunca enfrentar menos aún asimilar? ¿El holocausto es suficiente, un holocausto literario?
En fin, me quedo con el sabor de boca de que hay más ideas y problemas movilizadores en el poema “etnogenético” de Rosicrán que en las obras completas de…ponele Ticio Escobar o Villagra Marsal.
No suelo recomendar libros, me dedico a leerlos, de una forma absolutamente egoísta y antisocial, con el sadismo extra de inclinarme por obras no canónicas ni del gusto snob o consagradas por la crítica complaciente y kaigue hegemónicas en nuestro medio y aledaños, pero hoy me permito sucumbir al autoritarismo light de sugerir la lectura de esta obra, por ser marginal como Rosicrán, por ser maldito como Rosicrán, por ser de la “campaña” de Luque, por poner el dedo en la llaga parawayensis.
Hermenéutica de la Cultura Paraguaya desde Taú y Keraná, diciembre 2019, CEADUC, 345 pp, Osvaldo Gómez L., escritor y filósofo luqueño.
