Paranaländer escribe sobre Efráin Enríquez Gamón, diplomático, escritor y político paraguayo recientemente fallecido. Repasa algunos de sus libros, en especial aquellos ligados a su mentor Natalicio González.
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Por: Paranaländer
Ha fallecido Efraín Enríquez Gamón (Encarnación,1935-Asunción, 2020). Economista, exdiplomático, político, escritor encarnaceno. Fue discípulo y secretario de Natalicio González, sobre quien escribió una biografía teatralizada (“La guerra inconclusa: vida, pasión y muerte de Natalicio González”, en 2000 dentro del libro “Tetralogía Paraguaya. Historia y literatura en cuatro tiempos”, primera versión es de 1982), y cuya revista Guarania tuvo una quinta etapa con él como director. Escribió “Itaipú, aguas que valen oro” (1975), prohibido durante el estronismo y que le valió entonces la cárcel.
Aprovechando como excusa esta circunstancia luctuosa, me he puesto a hojear este libro y escribí algunas notas a pie.
La guerra inconclusa tiene 3 partes. Una, un ensayo histórico, vulgarizador, de las ideas muchas veces mal interpretadas de Natalo (como lo llamaba cariñosamente Lidia Frutos, su esposa). Otra, la transcripción del Nuevo Ideario Colorado. Y una tercera, la obra de teatro propiamente dicha, que recrea partes decisivas de la biografía de su maestro: el accidente de Lidia, su aceptación del cargo de ministro de Morínigo mientras vivía en Buenos Aires, el exilio “diplomático” en México, su muerte horas antes de volver a su Guairá natal gracias al trueque de su único bien, su biblioteca, a cambio de 5 hectáreas de tierra con un Friedmann, el suicidio de su esposa…
Con respecto al Nuevo Ideario Colorado, debe decirse que no conozco otra redacción de tal tenor oficial y de envergadura tan atrevida. Concebida en horas que la guerra amenazaba el horizonte, aprobada por el partido en plena guerra, se entiende su lenguaje por momentos vehemente y extra protocolar. Se puede decir miles de cosas sobre él pero que no lanza ideas claras y contundentes imposible. Es de alguna manera una reacción al borde del panfleto contra el liberalismo hegemónico desde 1904. Su lectura antiliberal, entre poscolonial y socializante, es tremendamente original y pionera para la época, al menos en Latinoamérica, pues en el siglo 19 francés ya se vislumbra esa actitud casi punkie contra el liberalismo en escritores cercanos al decadentismo (Villiers de L’Isle Adam) y el anarquismo (Mirbeau). Ese coraje de encarar al todopoderoso liberalismo solo se empezará a dar con asiduidad recién a partir de los años 70 durante el apogeo del neoliberalismo thatcheriano. Por un lado, es una vuelta a los gobiernos no “liberales” del Dr. Francia y los López pero proyectados a un porvenir de justicia social sin fin.
Resumen del Ideario: Política se ocupa de la felicidad y grandeza de los pueblos. La ética idealista debe ser el fundamento de la política. Orden, justicia social y solidaridad suplantan a la trinidad liberal, libertad, igualdad y fraternidad en el nuevo estado colorado que es un estado antiliberal, que se basa en el pueblo. Pueblo es el vivo sentimiento de solidaridad con el pasado y los mismos ideales proyectados sobre el porvenir…La nueva sociedad será dinámica (de sociedades dinámicas aún habla Enríquez Gamón en un paper sobre integración regional en el año 2008), creadora, solidaria fundada en la ética social. La nueva economía debe quedar bajo control del estado, chau laissez faire.
