Paranaländer reflexiona sobre el carácter nihilista de la cosmogonía guaraní, a partir del libro de la antropóloga y teóloga Graciela Chamorro, Kurusu Ñe’ëngatu, palabras que la historia no podría olvidar (1995, CEADUC).
Por: Paranaländer
“todo en la naturaleza suscribe el resultado,
ante el cual es verdad que un espíritu débil puede sucumbir tembloroso,
pero que estremece de alegría al sabio hasta el fondo de su alma.
¡No ser ya nada, nada más,
nada en absoluto! ¡Oh, qué mirada al más absoluto vacío!”
P.Mainländer
Nihilistas serían todas las civilizaciones, todos los pueblos y las religiones, las instituciones sociales, las masas y los individuos que permanecen ligados a la creencia en el devenir. En la civilización occidental, con la técnica, tal creencia llegaría a su forma más alta y a su difusión más profunda e inextirpable. De hecho, allí donde no sólo el pensamiento, sino también el actuar del hombre están guiados por la convicción nihilista de que las cosas son nada, en el sentido de que pueden ser extraídas de la nada y remitidas a la nada, o sea, fabricadas y destruidas, el nihilismo alcanza su máximo grado de realidad.
Tipología del nihilismo:
1. nihilismo californiano (Silicon Valley et alia, solo somos reflejo, espejo, sombra paulina, interfaz de carne y miedo de los metadatos algorítmicos).
2. nihilismo vienés (psicoanálisis, propala el fideísmo en un ES (Ello, Inconsciente) oscuro y lovecraftiano como gobernante y artista idiota real del mundo).
3. nihilismo modernista (Rimbaud como gurú negro, alquimista invertido y bufo, de la obsolescencia generalizada).
Los Tekojára son entre los Guarani, según la investigadora Graciela Chamorro, algo así como una objetivación de la palabra-alma de la persona, un «yo» adicional que guía y ampara. Un ejemplo es el Kurupi o Korupira, que integra el folklore paraguayo y brasileño como protector de los animales de caza y de la selva de la voracidad del cazador. Aún así, yo diría que no se trata de que los guaraní sacralicen los animales y las plantas, sino que, por su intermedio, son invadidos por la idea de un tiempo-espacio original, por la imagen de la «primera tierra», que emerge a la conciencia y da sentido a su existencia.
El nihilismo guaraní pillado en un fragmento de Cadogan comentado por Chamorro:
“En una expresión que se aproxima del platonismo, Cadogan considera que, para los Guaraní, los animales actuales son apenas «imágenes perecibles de los animales eternos», como los seres humanos lo son de los ancestros y héroes culturales. Los seres humanos, los animales y las plantas hallan su razón de ser y su estatura plena en la respectiva divinidad de la que son reflejo. Para alcanzarlo, los seres que pueblan la tierra necesitan escuchar la historia de su origen — los mitos — y realizar plenamente la «capacidad de ser» que traen consigo. En el caso del maíz esa plenitud consiste en alcanzar la madurez de las espigas; en el de los humanos, en acceder a buenas y bellas palabras inspiradas. En ese sentido puede decirse que a los Guaraní se aplicaría bien la frase de Feuerbach: Si Dios fuese un objeto para un pájaro, Él sería un ser alado; el pájaro no conoce nada más alto y sublime que el de tener alas”.
Si usamos esta definición práctica y portátil de nihilismo de Severino y la aplicamos a ciertas ideas guaraníes como las de los Tekojára de los que habla Chamorro, vemos que están obsesionados por el devenir, a pesar de su vinculación con un mundo más bien cíclico, agrario, neolítico y nada que ver con el devenir nihilista típico del mundo industrial y (pos)moderno. Es un devenir de una ética en persecución de completarse como espiga el maíz o como palabra bella el humano…
Una vida de búsqueda dentro de un devenir incierto y angustioso por la necesidad de cumplir promesas e idealidades es lo que consideramos base del nihilismo solapado a partir de la noción perfilada por Emanuel Severino. El mundo guaraní así está dominado por una Wille zur Tode, es decir, una voluntad de muerte, a veces de manera discreta, a través de una idealidad ética de realización, otras explícita, cuando enaltece el mbae megua, el tiempo de destrucción del yaguarete ovy.