Esta semana se publica el libro «La familia grande», donde Camille Kouchner cuenta el abuso sexual que su padrastro, el prestigioso constitucionalista Olivier Duhamel, infligía a su hermano mellizo cuando éste no era sino un adolescente. Su madre, la escritora y polítologa Evelyne Pisier, estaba al tanto de todo.
Este jueves saldrá a la venta el libro «La familia grande», escrito por Camille Kouchner, de 45 años, hija del fundador de «médicos sin fronteras» y exministro de varios gobierno, Bernard Kouchner, y de Evelyne Pisier, escritora, politóloga y miembro de la élite intelectual francesa. Allí, la autora cuenta el abuso que su hermano mellizo «Victor» vivió por parte de su padrastro, el famosísimo y prestigioso constitucionalista Olivier Duhamel, hasta este lunes presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de Francia, cargo al que debió renunciar luego de que comenzaran a circular los rumores de la trama que anima el texto en cuestión.
Camille Kouchner relata que ella y su hermano se criaron en un contexto plagado de hipocresías, donde el progresismo y la izquierda eran los núcleos ideológicos que congregaban a la pareja de su madre y Duhamel junto con otros miembros de lo que llama «La familia grande», un grupo de intelectuales y artistas. La propia Evelyne Pisier, su madre, había mantenido un romance con Fidel Castro y todo su grupo de amigos estaba fascinado por la Revolución Cubana.
Sin embargo, ese marco «progre» también conllevaba comportamientos abusivos hacia los menores, a quienes en público se obligaba o presionaba para que se liberen sexualmente. Más grave aun era lo que sucedía en privado, donde el joven Victor, desde sus 14 años, fue abusado por su padrastro y lejos de desconocerlo, el resto de la familia lo sabía y lo ocultaba, incluyendo a su madre.
Los graves hechos sucedieron a fines de los años ’80. Camille Kouchner no duda en cataogarlos de «incesto» pues convivían con Duhamel desde muy chicos y mantenían con él una relación más íntima y cotidiana que con su padre biológico.
Si bien el libro saldrá a la venta este jueves 7, se filtraron fragmentos en la prensa francesa y la noticia fue un duro golpe para la izquierda progresista de ese país, a quien el expresidente Giscard d’Estaing (+) no dudó en reclamarle que sus pretendidas credenciales morales siempre fueron autoproclamadas y que no posee «el monopolio del corazón».
La propia Camille narra su devastación, porque los años pasaron y ella pudo darse cuenta de que fue cómplice de un crimen que marcó para siempre la vida de su hermano gemelo. Los hermanos eran muy jóvenes y fueron psicológicamente manipulados por su padrastro para mantener el secreto e incluso sentirse culpables por la situación, que se vuelve más dramática si se tiene en cuenta que en dicha época, su madre Evelyne Pisier, atravesaba una depresión producto del suicidio de sus padres. Cualquier perturbación a su estado de ánimo podía poner en riesgo el débil equilibrio mental y emocional que intentaba mantener la mujer y su esposo, Duhamel, lo sabía y se lo repetía a diario a los mellizos.
«Mi padrastro entraba en mi habitación y, sin duda para silenciarme, se sentaba en mi cama. Me decía: ‘¿Usas bragas? Sabes que no quiero que te pongas bragas para dormir. Es sucio. Hay que dejar que respire …Sabes, para tu madre, cada día es una victoria. Cada día es un día ganado. Déjame hacerlo. Lo vamos a lograr’. Entraba en mi habitación, y por su ternura y nuestra intimidad, por la confianza que tenía en él, muy lentamente, sin violencia, en mí, el silencio se arraigó», cuenta Camille Kouchner.
Años más tarde, Camille y Victor pudieron hablar de manera franca con Evelyne, pero esta revirtió la culpa e incriminó a sus hijos, a uno por haber «provocado» a su marido, y a la otra, por haber callado. En 2011, Pisier fallece y los hijos intentan denunciar a su padrastro, pero el crimen ya había prescrito.
Finalmente, con el consentimiento de su mellizo, decidió contarlo todo en un libro que ya estremece el medio intelectual francés, transformarse en la voz que calló durante toda su vida. De esta manera, la justicia llegó a Duhamel en forma de repudio generalizado, pero además, afecta a todo su círculo de amigos e interlocutores.
