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lunes, mayo 6, 2024

El día que Felipe de Edimburgo paseó por las calles de Asunción

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El hoy extinto esposo de la Reina Isabel II visitó oficialmente el Paraguay en 1962. Se hospedó en el Hotel Guaraní, símbolo del “progreso” prometido por el régimen stronista. Se deshizo en elogios hacia el país y su gobierno.

Corría el año 1962. Época apacible, ya en plena consolidación de la dictadura stronista. Por lo tanto, la vinculación del régimen con la comunidad internacional era crucial para legitimar al gobierno que ya llevaba ocho años en el poder.

Entonces, en el marco de una gira internacional, el príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II de Gran Bretaña, aterriza en Paraguay para una visita oficial de varios días. La Cancillería stronista, exultante, mostrará la visita como un logro de la aceptación de la dictadura por el mundo “occidental y cristiano”.

El príncipe se hospeda en el Hotel Guaraní, recientemente inaugurado y símbolo del “progreso” prometido por la dictadura.

Stroessner lo agasaja por todo lo alto. Lo recibe en Palacio de Gobierno, en Mburuvichá Roga, lo hace codearse con su familia, lo pasea en vehículo descapotado por calle Palma y hasta se atreve a hacer una visita por los alrededores del Hotel Guaraní con el aristócrata y la comitiva oficial de ambos países.

Felipe de Edimburgo, joven e intrépido, queda maravillado con la sencillez de la gente paraguaya y las obras obtenidas por el gobierno, tanto, que, según cronistas de la época, se deshace en elogios y hasta llega a comentar que todos los países del mundo merecerían tener un gobierno como el del Paraguay.

En fin, picardías internacionales de una figura que hoy es noticia en todos los diarios del mundo.

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